Cambios pequeños, pero claves

Vilanova considera que estas elecciones son “una oportunidad de hacer un reset”. Admite que será una campaña “muy especial”, por el protagonismo de personas que están en prisión, pero cree que es pronto para juzgar si esto será determinante. Es crítico con la estrategia que han seguido los independentistas. “No han entendido el contexto histórico ni el europeo, han ido demasiado deprisa”, dice, y afirma que “aún no entiendo por qué Puigdemont no convocó unas elecciones que se hacen igualmente convocadas por Rajoy”. Para buscar una solución, ve básico “darse tiempo” y no poner una fecha fija como el 1-O. También “retornar a unas reglas de juego, porque tras cinco años hemos visto que no se pueden cambiar unilateralmente”. Apunta que “aunque haya pocos cambios se activarán dinámicas nuevas”, como por ejemplo que la CUP tenga menos influencia si pierde algún escaño. También duda de que haya lista unitaria soberanista, destacando que los intereses de ERC, “que tiene la paella por el mango”, y del PDeCAT, “al que se le nota el temor a que salga que tiene el 10% de los votos”, no son los mismos.

Por su parte, Ramió entiende que acontecimientos como el encarcelamiento de los exconsellers pueden hacer subir el voto soberanista. “El escenario es muy volátil”, subraya. “Si hay más represión, el voto independentista subirá, si hay más participación, habrá más voto unionista”, indica, recordando que tradicionalmente hay gente que vota en las generales que no se siente concernida por las elecciones al Parlament. También señala que hay que ver qué papel pueden tener opciones catalanistas moderadas como la de Lliures, que pueden cambiar “algo” el voto ,y que la asignación de escaños también variará si hay lista unitaria independentista o no. Concluye que aunque haya pocos cambios, pueden ser decisivos. “Al final, igual solo cambia un 1, 2 o 3% del voto y un escaño más o menos, pero simbólicamente cambia mucho. Si el independentismo supera el 50%, el Estado deberá sentarse a dialogar, ya sea para negociar un referéndum o plantear medidas seductoras como blindaje de competencias. Entonces su dinámica sería imparable”, opina.

Que haya una lista soberanista unitaria o no influirá en el reparto de algunos escaños

Mientras, Requejo, que se ha alineado con el soberanismo, cree que las elecciones no aportarán ninguna solución. “Puede que haya una victoria independentista, con lo que el 155 tardaría en ser retirado, y en el supuesto de que pudieran ganar los constitucionalistas sin los comuns, el escenario de fondo se agravaría todavía más con políticas peores para el autogobierno”. En su opinión, solo hay tres posibles soluciones: “un referéndum acordado, que pueda llevarse a cabo una independencia unilateral, o un posible pacto bilateral entre la Generalitat y el Gobierno central que no quede diluido en el maremagnum de las comunidades autonómicas”. “Ninguna de las tres es posible porque no hay voluntad de abordarlas”, señala, y añade que “creo que volveremos a estar bastante años en esta situación congelada”. Eso sí, precisa que “aunque no sirvan para solucionar el conflicto, estas elecciones son importantes, y previsiblemente habrá mucha participación porque hay mucha movilización”.