El primer ministro belga niega que proteja a Puigdemont

La crisis catalana irrumpió ayer de lleno en el Parlamento federal belga, con un debate de hora y media en la Comisión de Interior centrado en la crisis catalana y el papel de Bélgica desde la llegada el 30 de octubre del presidente Carles Puigdemont a Bruselas, tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya y el cese del Govern.

Los partidos de la oposición y también algunos de la coalición de gobierno federal apoyaron al primer ministro del país, Charles Michel, por haber criticado en su día el uso de la violencia policial para reprimir el referéndum, pero también le acusaron de permitir que sus ministros hayan criticado la independencia judicial en España y presionado indirectamente a los jueces belgas sobre la resolución del mandato europeo de detención y entrega sobre los miembros del Govern.

“Tenemos un interlocutor que es el Gobierno de Madrid, el Gobierno de España”

“Hay una crisis en España, no en Bélgica”, dijo el primer ministro. Michel aclaró que su gobierno no está dando a Puigdemont y a los consellers protección política. “Puigdemont es un ciudadano más que debe responder de sus actos como cualquier ciudadano europeo, con derechos y sin privilegios. Se le tratará en perfecta conformidad con el estado de derecho”, como a “cualquier ciudadano que se encuentre en nuestro territorio”. Michel también afirmó que “no hay ninguna ambigüedad. Tenemos un interlocutor que es el Gobierno de Madrid, el Gobierno de España, por todos los canales diplomáticos”.

El líder francófono del MR, que gobierna en coalición con tres partidos flamencos, con mayoría de la separatista Nueva Alianza Flamenca (N-VA), descartó cualquier intervención política de su Gobierno, incluso en el caso de una hipotética petición de asilo, que, según reiteró ayer, “no está en el orden del día del Gobierno belga”.