La calle grita libertad

Las calles del centro de Barcelona se volvieron a convertir ayer en el escenario de la reivindicación de centenares de miles de catalanes, 750.000 según la Guardia Urbana (la organización no facilitó cifras), para reclamar la puesta en libertad de los miembros del Govern y los Jordis. Más de 5.000 leridanos participaron en la marcha.

Miles de personas -750.000, según la Guardia Urbana- se manifestaron ayer en Barcelona para exigir la libertad de los presidentes de la ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, y de los ocho exconseller que permanecen en prisión. La marcha, para la que las entidades soberanistas fletaron más de 900 autocares de toda Catalunya, estuvo encabezada por caras visibles del soberanismo y familiares de dirigentes encarcelados. Había dos pancartas donde se leía “Libertad presos políticos” y “Somos república”. Entre las ausencias, la de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que no acudió por recomendación de su abogado. Sí estaba Joan Josep Nuet, exmiembro de la Mesa del Parlament, que el jueves quedó en libertad provisional tras declarar ante el Supremo. Acudieron líderes de los partidos independentistas PDeCAT, ERC y la CUP, así como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, entre otros.

Entre las proclamas más coreadas, “Puigdemont, nuestro presidente” o “Libertad presos políticos”. Buena parte de los manifestantes portaban esteladas y pancartas con lemas como “Basta de humillaciones, basta de mentiras”, “Exigimos respeto y dignidad”, “Unidos más que nunca defenderemos nuestro gobierno legítimo” o “SOS Democracy”.

A medida que anochecía, fueron encendiendo las linternas de sus móviles enfocándolos hacia el cielo para producir un efecto luminoso sobre la multitud de personas que abarrotaban la calle Marina y aledaños.“Vuestra luz nos llega hasta Bruselas e ilumina el camino que hemos de continuar recorriendo. Sois nuestra fuerza”, afirmaba en Twitter Carles Puigdemont. El acto acabó con mensajes de los encarcelados en favor de la unidad y “no desfallecer”. Oriol Junqueras considera a los exconsellers “cabezas de turco” del Estado para “advertir” a todos los independentistas de que “si no son sumisos y obedientes” les “arruinará” sus vidas.