Cervera rinde homenaje a su hexacampeón

Cervera prácticamente duplicó ayer su población con la tradicional fiesta de homenaje a Marc Màrquez, esta vez para celebrar el sexto de su carrera, el cuarto de MotoGP. Miles de fans llegados de todas las partes, incluido del extranjero, asistieron a la rúa que Marc y todo su equipo hicieron, a bordo del camión del Fan Club, por las calles de Cervera, un trayecto acortado este año por el frío y que se culminó con una fiesta final en el escenario en la que el hexacampeón fue el maestro de ceremonias.

Robó todo el protagonismo al speaker oficial. Abrió su particular espectáculo sobre el escenario bromeando con sus ya históricas salvadas y desveló que la fiesta que hubo en Valencia para festejar el sexto título fue “heavy”, como reconoció, mostrando su móvil con la pantalla rota. Luego dio entrada a su hermano Àlex, cuarto esta temporada de Moto2, y al resto de su familia, con sus padres, Roser y Julià, a su tío Ramon y a sus abuelos. A partir de ahí fue relatando cómo había sido la temporada, destacando la dificultad que tuvo en el primer tercio hasta Montmeló, bromeando con sus caídas, tanto de pelo y como de la moto. “Cada seis vueltas, una caída, ¡otro récord!”, dijo entre carcajadas. “Allí me di cuenta que algo tenía que cambiar, por el equipo, por vosotros (fans) y por mí mismo”, apuntó.

También destacó la rivalidad con Andrea Dovizioso y su fair play. “He aprendido una lección que me ayudará mucho, tanto en la pista como fuera de ella, y es a no subestimar nunca a nadie”, dijo en relación a que no contaba con el italiano entre sus rivales al inicio de campaña. “Cuando Dovi hacía un buen resultado decía, mira, ha recortado puntos a Viñales, al italiano (Rossi) y a Pedrosa. Ha sido el rival con el que más he disfrutado”.

En el final de fiesta fue presentado a todo su equipo (más de una docena de personas) a las que dio las gracias. Los fuegos artificiales y el ‘We are de Champions’ de Queen cerraron un acto que se alargó más de lo que estaba previsto.