Lazos amarillos en el camino al exilio

El lazo amarillo sigue así el camino del exilio que ya emprendió años atrás la estelada, también proscrita en los centros de votación y sus alrededores. Sin embargo, la junta electoral no se ha limitado esta vez a restringir el uso de un símbolo en campaña. Ha ido más allá y ha extiendido el veto a aquello que el símbolo representa.

Así, el ayuntamiento de Barcelona ha tenido que retirar de su fachada la pancarta con la leyenda “llibertat presos polítics” por otro dictamen de la junta electoral, que estimó un recurso de Cs con el mismo argumento que veta el lazo amarillo en las mesas. La número uno del PP por Lleida, Marisa Xandri, pidió ayer a la junta electoral que inste a Solsona, Mollerussa, Fondarella, La Seu, Tremp, Cervera, Tàrrega y Térmens a “eliminar de espacios públicos lazos amarillos y pancartas alusivas a políticos separatistas presos”.

Equipara el lazo amarillo a propaganda electoral y rechaza cualquier persecución política

Xandri alude a “políticos presos” frente a pancartas y lazos en favor de los “presos políticos”. La junta electoral central se posicionó al respecto al afirmar que “no están encarcelados por sus ideas” y que “no existe una persecución política, sino la aplicación, pura y simple, de las leyes de un país democrático”. Lo hizo en el dictamen que instó a los medios de la Generalitat a no hablar de consellers exiliados en Bruselas ni llamar President a Carles Puigdemont para no “confundir” a los votantes.

Este posicionamiento, que afecta ya al debate político previo a la campaña, ha sido objeto de polémica. Entre los disconformes proliferan propuestas para burlar el veto al lazo amarillo: sustituirlo por bufandas y pañuelos del mismo color colocar plantillas blancas sobre buzones y paredes amarillas.