Arranca la campaña electoral más atípica, con candidatos en la cárcel y en el 'exilio'

Es difícil situar el epicentro de la campaña electoral que empezó la pasada medianoche. El cabeza de lista de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont; y la número 1 de la lista de Esquerra por Lleida, Meritxell Serret, están exiliados en Bruselas desde que fueron cesados en aplicación del artículo 155 de la Constitución. Oriol Junqueras, cabeza de lista de ERC, sigue en la prisión de Estremera. También permanece encarcelado en Soto del Real el líder de la Assemblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, número dos de Puigdemont. En Catalunya, las elecciones más atípicas desde la recuperación de las instituciones democráticas tras el franquismo también han provocado sonados cambios de pareja en mitad del baile. Josep Antoni Duran Lleida, antaño líder de Unió, da apoyo al PSC y uno de sus hombres fuertes, el exconseller Ramon Espadaler, será el número 3 de Miquel Iceta en los comicios del 21 de diciembre. Este fichaje tuvo un sorprendente efecto rebote: Dante Pérez, alcalde de Gimenells por el PSC, dejó su partido por ser contrario a la incorporación de miembros de Unió en la lista socialista y se pasó al PP para ser el número dos de Marisa Xandri. A nadie se le escapa que serán unos comicios en clave plebiscitaria: a favor o en contra de la independencia. Y a río revuelto, ganancia de pescadores. Y quien dice pescador dice Ciudadanos, según la encuesta del CIS hecha pública ayer. Pero esta realidad convulsa viene de lejos. Sentencias polémicas, manifestaciones de todos los colores, caceroladas, un referéndum frenado a golpe de porras y acusaciones cruzadas marcan la actualidad.

2 DE NOVIEMBRE DE 2017 Medio gobierno encarcelado

La anormalidad que marca esta campaña se empezó a gestar el 2 de noviembre, cuando la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela dictó prisión preventiva para el vicepresidente cesado Oriol Junqueras y los consellers cesados Raül Romeva, Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn, Carles Mundó, Meritxell Borràs y Dolors Bassa, acusados de rebelión, mientras que acordó la prisión eludible bajo fianza de 50.000 euros para el exconseller Santi Vila, quien dimitió antes de proclamarse la república y, además, fue el único que contestó a las preguntas de la jueza y el fiscal durante el interrogatorio. El 16 de octubre ya habían sido encarcelados los líderes de Òmnium, Jordi Cuixart, y la ANC, Jordi Sánchez, acusados de sedición, lo que provocó multitudinarias manifestaciones de protesta en toda Catalunya y la reactivación de las caceroladas. El lazo amarillo con el que se pide la libertad para los presos -Junqueras, Forn, Sánchez y Cuixart siguen en prisión– ha sido prohibido por la Junta Electoral en los colegios electorales y edificios públicos de Barcelona...

27 DE OCTUBRE DE 2017 Proclamación de la república y 155

El Parlament declaró la República Catalana –que el día 10 dejó en suspenso– con 70 votos a favor, 10 en contra y 2 en blanco y con los diputados del PP, PSC y Ciudadanos fuera del hemiciclo en señal de protesta. Automáticamente, el Estado puso en marcha el artículo 155 de la Constitución que suponía cesar al gobierno de la Generalitat y la intervención de la autonomía.

1 DE OCTUBRE DE 2017 El referéndum reprimido a la fuerza

A pesar del gran despliegue policial, incluido el ya célebre barco de Piolín que hacía las veces de hotel para miles de agentes, las 13.000 urnas no pudieron ser requisadas porque no se encuentraron y Catalunya pudo celebrar un referéndum que Madrid calificó de ilegal. Fue una jornada marcada por la represión ejercida por Policía Nacional y Guardia Civil, con un millar de heridos, entre ellos un leridano que sufrió un infarto en plena carga en la Mariola y un joven que perdió un ojo por un disparo de balas de goma, prohibidas en Catalunya tras el caso Esther Quintana. El 3 de octubre el país se paralizó en protesta por lo ocurrido. El 8 de octubre el unionismo salió masivamente a la calle por primera vez. PP, C’s y PSC se manifestaron al lado de entidades como Sociedad Civil Catalana, pero también de representantes de la ultraderecha, que protagonizaron diversos incidentes.

9 DE ENERO DE 2016 Puigdemont toma el relevo a Artur Mas

Junts pel Sí ganó las elecciones de septiembre de 2015, que reforzaron a Ciudadanos como la segunda fuerza del Parlament. Con 62 diputados, JxS necesitó a la CUP, que forzó a Artur Mas a apartarse. Fueron unos días convulsos en los que dejaron el escaño diversos cupaires, entre ellos el cabeza de lista por Barcelona, Antonio Baños; y el número uno por Lleida, Ramon Usall, además de Julià de Jòdar y Josep Manuel Busqueta. En diciembre la CUP celebró una decisiva asamblea en Sabadell que acabó en un insólito empate a 1.515 votos a favor y en contra del acuerdo político con Junts pel Sí y de la investidura de Artur Mas. Finalmente, ArMas hizo su particular pas al costat y el 9 de enero, Carles Puigdemont, alcalde de Girona, le sucedió en el cargo por sorpresa y tomó las riendas del independentismo.

9 DE NOVIEMBRE DE 2014 Consulta no vinculante que trajo cola

Más de dos millones de personas participaron en el primer intento de referéndum, que acabó siendo una consulta no oficial con urnas de cartón. A pesar del carácter light de estos comicios y de que se desarrollaron con total normalidad y sin que llegara a intervenir la policía, los organizadores acabaron ante el juez. El 13 de marzo de 2017 se confirmaba que Artur Mas era condenado a dos años de inhabilitación para ejercer un cargo público. También eran condenadas como cooperadoras necesarias la exconsellera Irene Rigau, a un año y seis meses de inhabilitación; y la exvicepresidenta Joana Ortega, a un año y nueve meses. Además, el Tribunal de Cuentas impuso a Mas una fianza de 5,25 millones por la organización del 9N; 3 millones a Rigau; 2,2 millones a Francesc Homs y 800.000 euros a Ortega. Hay que tener en cuenta que esta medida por responsabilidad contable no tiene nada que ver con la causa penal y ha sido dictada por una instacia que, pese a su nombre, no depende de la justicia, sino que es administrativa. Homs, diputado por Democràcia i Llibertat en el Congreso de los Diputados, será juzgado por el Tribunal Supremo, ya que tiene estatus de aforado. Centenares de alcaldes de Catalunya y miles de ciudadanos anónimos apoyaron a Mas, Ortega y Rigau durante su comparecencia ante el juez. De hecho, centenares de personas se autoinculparon como medida de fuerza para que se retiraran los cargos al presidente, la vicepresidenta y los consellers, pero este movimiento no pudo evitar las condenas.

20 DE SEPTIEMBRE DE 2012 Rajoy rechaza el pacto fiscal para Catalunya

El 11 de septiembre de 2012 más de un millón de catalanes salieron a la calle en la Diada más multitudinarias desde 1977. Tan solo nueve días después, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se reunió con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Palacio de la Moncloa para pedir un pacto fiscal para Catalunya. Fue un desencuentro absoluto en el que el líder popular cerró la puerta a cualquier mejora de la financiación por ser una opción “contraria a la Constitución”. La antigua Convergència Democràtica de Jordi Pujol, ahora refundada como PeDECAT, pasó de partido nacionalista catalán a independentista. Por contra, el PSC hizo el camino a la inversa y se alejó del bloque nacionalista, a pesar de haber participado en la manifestación contra el recorte del Estatut de 2010 junto a los nacionalistas.

28 DE JUNIO DE 2010 El Constitucional recorta el Estatut

El Tribunal Constitucional pasó el cepillo al Estatut, como había pronosticado Alfonso Guerra. Desde Catalunya se consideró una humillación, ya que había sido refrendado en 2006 por el 74% de los electores en un referéndum que fue legal y vinculante. En un acto electoral, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se había comprometido a “apoyar” el texto que surgiera del Parlament. El 10 de julio más de un millón de personas salieron a la calle. Fue la primera gran movilización del catalanismo desde los años setenta. La primera de muchas manifestaciones que harían historia, como la “uve” que pintó una senyera humana entre Diagonal y Gran Via de 11 kilómetros en 2014. Mientras, el PP y C’s han dejado de asistir desde entonces a los actos oficiales del Onze de Setembre.