LA CARA DE...
David Rodríguez: «No hay marcha atrás»
Llumà, Deig... En Solsona siempre ha tenido fuerza el independentismo.
Llumà se hizo famoso con lo de que no colocaba la bandera española porque estaba en la tintorería. Y Deig promovió la Conferencia Episcopal catalana en un famoso discurso que pronunció, creo recordar, en Prada de Conflent. Novell, en el tema de país, también se ha comprometido a favor de la soberanía popular, siempre desde una óptica pacífica y democrática.
El obispo y el ayuntamiento no tenéis la misma visión respecto a la homofobia.
En este tema hemos tenido un desencuentro, sí.
¿Se ha arreglado?
No hemos vuelto a hablar de ello. Si lo hacemos, veremos.
¿Qué piensa cuando Arrimadas dice que a ellos les vota la “gente normal”?
Este partido siempre hace lo mismo. Dice que representa a todos los catalanes, pero no es verdad. No podemos olvidar el origen de Ciudadanos. Es un partido que nació del odio a Catalunya. Se creó para combatir la lengua y la escuela catalana. Ciudadanos representa a los poderosos, a las pocas personas que deciden las políticas, al Íbex 35. Es exactamente lo contrario de lo que representamos nosotros. La república es el poder del pueblo.
Habando de odio: se hizo famoso hace un par de años un cartel de los carnavales de Solsona en el que se instaba supuestamente a odiar a los españoles. Creo recordar que se demostró que el ayuntamiento no tenía nada que ver con ese cartel. Que fue un asunto de falsa bandera.
Exactamente. Ni el ayuntamiento, ni nadie de Solsona, ni ningún independentista tenía nada que ver con ese cartel. No recuerdo cómo acabó el asunto, pero me consta que se demostró que lo había hecho una persona unionista para hacer daño al independentismo.
¿Son ciertas las amenazas de muertos en las calles que dijo Marta Rovira?
Puigdemont nos dijo a los parlamentarios el 26 de octubre que le constaban amenazas de violencia extrema y que podía haber muertos.
¿Aún así ve posible la independencia?
Por nuestra parte no habrá violencia, pero no hay marcha atrás. Después del 1-O, al Estado le queda la fuerza pero en Catalunya ha perdido la legitimidad. La independencia es una cuestión de tiempo.