REPORTAJE
Cuando la verdad no importa
Hace un par de años que la palabra posverdad llegó a nuestras vidas. El presidente de Estados Unidos y los británicos le deben mucho a esta “mentira emotiva”, que ha propiciado que Internet se inunde de fake news y bulos. En esta campaña, también ha hecho acto de presencia, tanto en un bando como en el otro.
Pero utilizar esta estrategia no es patrimonio exclusivo de un partido concreto. Desde Ciudadanos hasta Esquerra, pasando por JuntsxCat y el PP han utilizado informaciones sin contrastar como argumento o han cambiado de opinión sobre una idea porque en ese momento les beneficiaba y ahora no. “Niegan la realidad y adoptan otra más cómoda, más afín a sus intereses, y esto lo han propiciado las redes sociales”, subraya Sáez. “Son las nuevas masas que han llegado a través del módem, solo hay que acordarse de lo que pasó el día en que supuestamente Puigdemont iba a convocar elecciones, cambió de opinión por lo que se decía en las redes, ha influenciado y no para bien, sinó para hacer actos más impulsivos”, reflexiona Sáez.
Ante este panorama, sólo se puede usar una arma para combatir la posverdad: contrastación. “Creer en el periodismo, el que contrasta, verifica y comprueba lo que se dice y se hace”, recalca Sáez. Y es que sólo después del 21D podremos comprovar cómo han influenciado las fake news en los comicios, pero ya han sentado unos precedentes que, años antes, parecían impensables y surrealistas. “La posverdad ha venido para quedarse, y debemos plantarle cara”, sentencia Sáez.