POLÍTICA REINO UNIDO
El “Brexit” puede suponer la pérdida de 500.000 empleos
Así lo indica un informe encargado por el alcalde de Londres || El euroescéptico Farange reclama un segundo referéndum
Reino Unido perdería cerca de medio millón de puestos de trabajo y 50.000 millones de libras (unos 56.500 millones de euros) en inversiones durante los próximos doce años. Este sería el resultado en el caso de que termine abandonando la Unión Europea sin llegar a ningún tipo de acuerdo comercial con el bloque comunitario, según indica un informe encargado por el alcalde de Londres, Sadiq Khan.
La consultora económica encargada de realizar el estudio, Cambridge Econometrics, ha analizado cinco escenarios diferentes para el “Brexit”, desde el más duro al más suave, pronosticando la repercusión económica que una salida de la Unión no pactada tendría en nueve sectores, desde el de la construcción al de las finanzas. Según las conclusiones del estudio, el sector más afectado sería el financiero y el de los servicios profesionales, comportando una pérdida de hasta 119.000 empleos.
Una salida de la Unión sin acuerdo acabaría con 119.000 empleos en las finanzas
Sadiq señaló ayer que “los ministros se están quedando sin tiempo rápidamente para cambiar las negociaciones” y añadió que “si el Gobierno continua gestionando inadecuadamente las negociaciones podríamos dirigirnos hacia una década perdida con un menor crecimiento y con menor empleo”.
En otro orden de cosas, el exlíder del eurófobo Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, admitió ayer en una entrevista en el canal británico Channel 5 que “tal vez este país debería celebrar un segundo referendo sobre la permanencia en la Unión Europea”. Según él, una nueva votación sobre la continuidad en la Unión terminaría con “los lamentos” de los detractores al “Brexit”, poniendo fin al asunto durante una generación.
El presidente de la organización Best for Britain, Malloch Brown, opuesto al “Brexit”, afirmó en los medios británicos que un segundo voto “es lo que el país necesita”. Por su parte, la primera ministra británica, Theresa May, insistió en que supondría una traición a los votantes y derivaría en un mal acuerdo con Bruselas.