PANORAMA
El rey esquiva toda alusión política en una visita a Barcelona cargada de tensión
Ni Torrent ni Colau estuvieron en la recepción oficial, aunque sí compartieron mesa con él || Cientos de personas le recibieron con abucheos y Puigdemont le pidió que se disculpase por su papel tras el 1-O
Tarde de tensión ayer en el centro de Barcelona ante la llegada del rey Felipe VI por la cena inaugural del Mobile World Congress (MWC) en el Palau de la Música. El monarca llegó rodeado de pitos, caceloradas, lazos amarillos y gritos de “Libertad presos políticos” y “Fuera el Borbón”. Aun así, en su discurso, esquivó el clima político en el que es su primera visita en Catalunya desde el referéndum del 1-0.
Además de este recibimiento en la calle, tampoco quisieron recibirle a su llegada ni el president del Parlament, Roger Torrent, ni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, aunque sí que compartieron mesa con él en la cena y con la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría. El Gobierno central tachó de “irresponsable y sectaria la actitud mezquina” de los cargos que plantaron al rey. Por su parte, Carles Puigdemont dijo que Felipe VI será bienvenido cuando pida perdón por su papel inconstitucional el pasado octubre.
En su discurso, fundamentalmente en inglés, si bien con algunas frases en castellano y en catalán, ante los 200 comensales, llamó a mantener una “firme” cooperación entre el Gobierno central, la Generalitat y el ayuntamiento de Barcelona “con objetivos claros y en beneficio de todos”, para que esta ciudad prolongue su historia de “éxito continuado” como sede del MWC. Eso sí, ni una palabra a la situación política ni al plante de autoridades.
A diferencia de Torrent, Colau aplaudió el discurso del monarca y buscó un momento discreto para intercambiar unas palabras antes de la cena, durante la que también intervino desde el atril. En sus palabras, también en inglés, Colau quiso resaltar que este último año “no ha sido fácil” ni para Catalunya ni para España, al tiempo que proclamó: “Somos una ciudad de paz, comprometidos con la libertad de expresión”.
Mientras, en la calle, la tensión seguía al alza. Cientos de personas protestaron por el centro de Barcelona y donde hubo cargas policiales. Las protestas acabaron con cinco heridos leves y un detenido, acusado de agredir a un agente.