Sànchez acepta ser candidato “en plenitud” de sus derechos y pide “hablar de todo”

El número dos de JxCat, Jordi Sànchez, afirmó ayer que acepta ser candidato a president de la Generalitat “en plenitud” de sus “derechos políticos” y apostó por poder “hablar de todo” sin violencia ni renuncias. Sànchez publicó estas palabras a través de Twitter desde la prisión de Soto del Real (Madrid) después de que el sábado el presidente del Parlament, Roger Torrent, le propusiera de nuevo como candidato a la Presidencia de la Generalitat.

“En plenitud de mis derechos políticos, acepto la responsabilidad”, respondió a Torrent, antes de añadir: “Sin violencia, sin ninguna renuncia, es la hora de poder hablar de todo. Libertad”. Por su parte, el presidente del Parlament avisó de que ahora el Tribunal Supremo “tendrá que decidir si respeta las decisiones de la ONU (cuyo Comité de Derechos pidió, como medidas cautelares, que España garantizara los derechos políticos de Sànchez) o sigue escribiendo una de las páginas más oscuras de su historia”. Por eso, sostuvo que “sería incomprensible que el Supremo no respetara las resoluciones de Naciones Unidas” que, a su juicio, obliga al Estado a permitir la investidura de Sànchez. Desde la ANC, la entidad soberanista que presidió el ahora candidato a la Generalitat, aseguraron que entienden la propuesta de Jordi Sànchez como candidato a president como una estrategia para “denunciar la vulneración de derechos fundamentales”, pero pidieron investir a Carles Puigdemont porque está “reforzado” y es quien “internacionaliza” el proceso soberanista. Por su parte, la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, aseguró que el independentismo se verá reforzado si el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena no permite la investidura de Sànchez.

Desde ERC, su portavoz, Marta Vilalta, explicó que están estudiando delegar el voto del exconseller Antoni Comín, que reside en Bélgica, aunque, si esta vía no funcionara, no descarta que renuncie a su escaño en el Parlament. Además, el adjunto a la presidencia del partido republicano, Pere Aragonès, reclamó al PP que “saque la política del Supremo y la ponga en una mesa de negociación” con los independentistas.

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El presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, auguró ayer que la crisis catalana “más pronto que tarde se va a convertir en un mal recuerdo” y dijo que España seguirá siendo un país y un “ejemplo” de democracia, de libertad y de respeto a los derechos de las personas. También puso en valor la acción legal del Ejecutivo contra la candidatura de Carles Puigdemont a la Generalitat, una “investidura ilegal” frenada por el Ejecutivo gracias a la cual “un procesado por la Justicia no preside la Generalitat”. “Lo que ahora toca es que Catalunya tenga un gobierno con capacidad de asumir la gestión y con un presidente viable, que trabaje para reconstruir la convivencia entre catalanes”, añadió. Rajoy lanzó estos mensajes en el discurso de clausura de la convención nacional del PP en Sevilla, tras las manifestaciones de la ministra alemana de Justicia, Katarina Barley, que respaldó la decisión de la Justicia de su país de poner en libertad a Puigdemont y agregó que este podría llegar a ser un hombre libre en un país libre, “es decir, en la República Federal alemana”. El presidente del Gobierno no aludió directamente a estos comentarios, que ya fueron replicados por su ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, quien rechazó fomentar el “historial de tensión” con Alemania e insistió en la necesidad de “despolitizar” este asunto. No obstante, Rajoy reivindicó la respuesta del Ejecutivo a “la mayor crisis” que a su juicio le ha tocado afrontar, el conflicto catalán, y que en España se antepone sin “excusas” el cumplimiento de la ley a todo lo demás, como el respeto a las decisiones judiciales. España, sentenció, es “ejemplo” de democracia, libertad y respeto a los derechos y en él la ley “manda más que cualquier presidente, partido o propósito”. Asimismo, defendió la decisión “dura” de aplicar el 155 de la Constitución.