El PP intenta resistir a su derrumbe en Madrid con la oposición al alza

Madrid celebró ayer una fiesta del Dos de Mayo fuertemente marcada por la ausencia de la expresidenta Cristina Cifuentes, en el marco de la polémica por el máster y el hurto en un supermercado, así como de los otros tres expresidentes, todos ellos imputados por corrupción. En este contexto, miembros del Gobierno desembarcaron para impulsar la remontada del PP, entre ellos la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la ministra de Defensa María Dolores de Cospedal. El presidente madrileño en funciones Ángel Garrido, evitó durante su discurso mencionar a Cifuentes, aunque en declaraciones posteriores aseguró que “ha sido doloroso” pasar por la dimisión de la expresidenta, a la que calificó de “jefa” y “amiga”. Desde la oposición, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reconoció el nulo “éxito” de los contactos con Ciudadanos y urgió a la formación naranja a no bloquear la regeneración y abstenerse para facilitar la elección como presidente del portavoz socialista Ángel Gabilondo. Por su parte, el portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, lamentó la celebración de un Dos de Mayo “atípico” con las instituciones “deterioradas” y incidió a los populares a buscar un sustituto. Entretanto, el candidato a las primarias en Podemos, Íñigo Errejón, pidió a Ciudadanos acabar con el “sectarismo” del PP y acordar una “transición”.

En otro orden de cosas, organizaciones feministas convocaron protestas por la sentencia de “La Manada”, en las que se abucheó a los populares.