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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.EFE

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El enfrentamiento entre el PP y Ciudadanos vivió ayer un nuevo capítulo después de que el líder de la formación naranja, Albert Rivera, acusara al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de llegar a acuerdos en secreto con el PNV y ERC para definir sus políticas en Catalunya y aplicar un 155 “blando”. Así, manifestó que el Ejecutivo “ha decidido pactar con el PNV y con ERC cómo salir de este lío” y por eso ya no consulta sus iniciativas con Ciudadanos. Rivera explicó que “no puedo apoyar” que desde la Generalitat “nos metan goles con las facturas falsas” del referéndum, que en la educación “se señale a los hijos de guardias civiles” y el Gobierno no abra expedientes a los profesores o que “no se recurra al Constitucional el voto delegado fraudulento de Carles Puigdemont y Toni Comín”. A este respecto, Rivera destacó que está “convencido” de que Rajoy intenta “sobrevivir a cualquier precio” y evita “enfadar” a nacionalistas vascos y catalanes.

Por su parte, el jefe del Ejecutivo le quitó importancia al anuncio de Rivera de romper su acuerdo sobre el 155. “Haré lo que sea necesario para mantener ese pacto, aseguró. En este sentido, insistió en que los tres partidos constitucionalistas quieren que, a la “mayor celeridad posible”, haya un Govern en Catalunya dentro de la ley y que “no divida” a los catalanes. “Estoy convencido de que PP, PSOE y Cs, que hemos ido juntos en un tema tan difícil como era poner en marcha el artículo 155, continuaremos en el futuro”, manifestó.

Asimismo, Rajoy rechazó pronunciarse sobre el auto de procesamiento del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, en el que dejaba abierta la puerta a rebajar la imputación de rebelión a conspiración para la rebelión o sedición (ver SEGRE de ayer). “Respeto cualquier decisión que adopte el juez Llarena y la clave es que no pretendamos todos ser jueces porque eso no conduce nada”, remarcó.

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