Amarillo a pesar de Millo

El amarillo tiñó ayer las calles de varios municipios de Lleida y el resto de Catalunya, tras una semana en que el color que simboliza la protesta contra el encarcelamiento de líderes independentistas ha estado de nuevo en el punto de mira de PP y Cs. Los actos bajo el lema “llibertat presos polítics” se sucedieron después de que, el martes, el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, reclamase a los ayuntamientos mantener la “neutralidad en los espacios públicos”; y de que el Parlament suspendiera el pleno el viernes cuando el portavoz de Cs, Carlos Carrizosa, retiró un lazo de los escaños del Govern. La respuesta de ANC, Òmnium y los CDR ha sido más amarillo y además en lugares inéditos.

Así, de la fuente ornamental frente a la subdelegación del Gobierno en Lleida manaba ayer agua teñida de amarillo y numerosos vecinos acudieron a hacerse fotos ante ella. En Les Borges, la sustitución de la placa de la plaza Constitució por la nueva denominación de “1 d’Octubre” estuvo precedida por actividades del CDR que incluyeron alfombrar de amarillo toda una calle. Tremp, por su parte, acogió un acto para recaudar fondos en favor de las familias de los presos.

Por otra parte, el Tribunal Constitucional considera que quienes están en prisión preventiva no están en plena posesión de sus derechos políticos, puesto que la privación de libertad supone por principio limitar esos y otros derechos. Esta afirmación llega cuando se plantea el nombramiento como consellers de Jordi Turull y Josep Rull, ambos en esta situación. En otro orden, Cs denunció que desconocidos mancharon con pintura amarilla su sede en Barcelona.