PANORAMA
El hombre que fue la Generalitat
Hoy se cumple el 30 aniversario de la muerte de Josep Tarradellas, el político que mantuvo viva esta institución desde el exilio hasta lograr su restitución en 1977|| Su gran sentido institucional y su capacidad negociadora son dos de los aspectos que destacan los que le conocieron o estudian su figura
“Destacaría su persistencia y tenacidad para mantener viva la Generalitat durante el exilio y hasta que vuelve como President. Esta restitución fue uno de los pocos actos reales de ruptura con el franquismo”, opina Pau. “También su capacidad de diálogo, aunque hubiera muchas discrepancias era capaz de superarlas, y a la vez, su voluntad de mirar hacia el futuro y olvidar el pasado”, añade. También subraya su sentido de estado. “Quería construir una nueva administración catalana que fuera estado, aunque sin necesidad de tener un estado”, dice. Precisamente, Esculies señala que Tarradellas siempre apostó por una relación bilateral entre la Generalitat y el Estado, aunque sin plantear la independencia. “Por esto se siente cómodo al reunirse con Suárez y el Rey, porque pacta de institución a institución”, indica, y detalla que por ello no estaba a favor de un Estado de las autonomías en el que se diluía la singularidad catalana. Esculies afirma que su línea política tenía “una matriz catalanista absoluta” muy lejana de la visión que ahora dan de su figura partidos como Cs o el PP. A la hora de valorar su legado, subraya el simbolismo con que dotó a la restauración de la Generalitat, que facilitó que “la gente tuviera más estima hacia la institución”, y su capacidad negociadora. “Sabía ponerse en la piel del otro”, dice, y recuerda que una de sus máximas era “que yo tenga mi razón no quiere decir que el otro no tenga la suya”. Así, considera que en la situación actual de Catalunya “ver cómo él enfocaba y solucionaba los problemas podría ser útil para los problemas de ahora”. E insiste en que siempre partía de la base del respeto institucional. “Cuando fue a reunirse con Suárez le llamaron señor Tarradellas, y él respondió que estaba allí como presidente de la Generalitat”, explica.
Pau también remarca su “rigor para hacer bien las cosas”. Sea por eso o no, Ramon Morell, que entró en Urbanismo de la Generalitat en 1979, dice que hasta principios de los 80 “fueron unos años fantásticos, todo el mundo trabajaba a cualquier hora”, y cree que el gobierno de CiU acabó con esta etapa “con el peix al cove y al mimetizar en la Generalitat la estructura de la administración del Estado”.
Un personaje incómodo para todos los partidos de la época Pau y Esculies coinciden en que, pese a militar en ERC, Tarradellas no encajó con su partido ni con ninguno a su vuelta a Catalunya. “En las elecciones al Parlament, Pujol le ofreció ser cabeza de lista y el PSC, que eligiera dónde quería ir en la suya, pero porque sabían que lo rechazaría. Él solo hubiera encabezado una lista unitaria, algo imposible”, detalla Esculies. Además, apunta que los partidos pactaron que el President tuviera que ser diputado en el Parlament para prevenir su posible vuelta.