El buque Aquarius inicia la travesía hasta Valencia escoltado por Italia

El barco Aquarius, de la ONG francesa Sos Mediterranée, puso ayer rumbo hacia el puerto de Valencia tras recibir el visto bueno de las autoridades portuarias. La nave se encontraba en las inmediaciones de la isla de Sicilia con 629 migrantes a bordo rescatados en alta mar, pero el nuevo Gobierno de La Liga y el Movimiento 5 Estrellas le prohibió atracar en Italia, al igual que las autoridades de Malta. Pese al veto, Italia accedió a proporcionar dos embarcaciones, una de la Guardia Costera y otra de la Marina, para aligerar el número de personas sobre el Aquarius durante la travesía. En este sentido, ayer fueron trasvasados un total de 400 migrantes a los dos buques transalpinos que también harán el viaje hasta Valencia.Alessandro Porro, cooperante de SOS Mediterranée a bordo del Aquarius, explicó ayer que, tras algunos momentos de tensión por la incertidumbre sobre su destino final, los migrantes “acogieron bien la decisión de trasladarles a España”. Además, se mostraron satisfechos por no regresar al “infierno” de Libia.

A la espera de su llegada, que se producirá en 3 o 4 días, el Gobierno avanzó ayer que dará prioridad a los 123 niños rescatados sin acompañante e indicó que los más pequeños se quedarán en la capital del Turia. La ministra de Defensa, Margarita Robles, puso a disposición del Aquarius un buque de la Armada para que le acompañe, y la consellera valenciana de Justicia, Gabriela Bravo, avanzó que, ante la llegada de más de 600 personas, van a reforzar los servicios de Fiscalía, del Instituto de Medicina Legal y de traducción. La base de operaciones para coordinar la llegada del Aquarius será la antigua sede de la Copa América de vela.

La práctica totalidad de las fuerzas políticas y las instituciones manifestaron ayer su adhesión a la iniciativa del Gobierno de Pedro Sánchez de dar cobijo en España a los migrantes rechazados en Italia. A este respecto, el Govern, la Xunta de Galicia y centenares de ayuntamientos, como el de Barcelona y algunos de Lleida (más información en la página 33) se ofrecieron a acogerles. Por el contrario, el líder del PP en el consistorio barcelonés, Alberto Fernández Díaz, lamentó que la ciudad condal quiera recibir a los migrantes ya que puede crear un “efecto llamada”.