Serret dice que la situación legal no afecta a la oficina de la Generalitat en Bruselas
La nueva delegada de la oficina de la Generalitat de Catalunya en Bruselas, la exconsejera Meritxell Serret, aseguró este lunes que la eventual emisión de una tercera euroorden contra ella "no tendría por qué impedir en ningún momento el desarrollo de las funciones de esta delegación".
"Ahora mismo soy una ciudadana libre y, si llega una tercera euroorden, haré los trámites que corresponda judicialmente", explicó la leridana en declaraciones a la prensa tras su nombramiento en la oficina de la Generalitat en Bruselas, a la que acudió el consejero de Acción Exterior, Ernest Maragall.
Al ser preguntada por las dificultades que su situación legal podría plantear para el desempeño de su cargo, la nueva representante de la Generalitat en Bruselas aseguró que su intención es "garantizar que la delegación esté presente en todos los espacios y ámbitos que le corresponde".
Por su parte, Ernest Maragall destacó que el nombramiento de Serret es "el nombramiento legítimo por parte de un Gobierno legítimo al frente de una institución legítima y cuya función está perfectamente institucionalizada" y pidió que a la nueva representante se la juzgue "por sus decisiones, sus actuaciones y su actividad".
"Todo nombramiento tiene una posible interpretación en términos políticos pero, en cualquier caso, como representación internacional, la oficina de la Generalitat tiene la responsabilidad explícita y la obligación de defender el interés general del país al que representan", concluyó el consejero de Acción Exterior de la Generalitat de Catalunya.
Meritxell Serret desempeñó el cargo de consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat entre enero de 2016 y octubre de 2017, cuando su cargo fue revocado en virtud del artículo 155 de la Constitución española; momento en que se fugó a Bruselas junto con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y otros tres exconsejeros.
Desde entonces, Serret ha sido objeto de dos euroórdenes: en la primera de ellas fue acusada de delitos de rebelión, sedición y malversación, pero el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena la retiró antes de que la Justicia belga concluyese el trámite.
En la segunda orden de detención europea Serret fue acusada de malversación y desobediencia, pero la Justicia belga desestimó su tramitación por "un defecto de forma".