Cambrils recupera la normalidad tras reforzarse para evitar otro atentado
Un año después de los ataques terroristas del 17-A, Cambrils ha recuperado su condición de localidad tranquila y familiar, consciente de que "un atentado pasa en el lugar que menos te lo esperas" y de que es necesario reforzar la seguridad para evitar situaciones como esta. Tras arrollar mortalmente a catorce personas en Las Ramblas de Barcelona y acuchillar a un joven para robarle el coche, los terroristas atentaron en Cambrils, donde ese mismo día, ya de noche, atropellaron a la multitud que recorría la zona del Paseo Marítimo de este turístico municipio, provocando la muerte de una mujer aragonesa de 67 años.
"Un atentado pasa en el lugar que menos te lo esperas", explica a Efe la alcaldesa accidental de Cambrils, Mercè Dalmau (PDeCAT), que recuerda que después de los atentados no podía dejar de preguntarse: "¿Como puede ser que haya pasado aquí, en un sitio tan familiar y tranquilo?".
Doce meses después, con las playas repletas, el paseo marítimo lleno de vida y con las previsiones de una buena temporada turística, la también concejal de Turismo de Cambrils asegura que la ciudad ha asimilado que "los atentados pasan en el lugar que menos te esperas y hay que estar preparados". Por eso, en esta "población tranquila", en la que viven principalmente del turismo y que acoge "a todos", han aprendido a "tomar precauciones". Así, han protegido las zonas más concurridas con bolardos y también "hay más patrullas en la calle, para que la gente se sienta más segura", explica Dalmau.
Cambrils ha tomado más medidas de seguridad, pero no las suficientes para la Policía Local, que reclama poder patrullar con armas largas como los Mossos d'Esquadra, según explica el jefe de este cuerpo, Josep Muñoz, en una entrevista con Efe. "Nos han declarado la guerra. Tenemos a un enemigo dentro de casa que no tendrá ninguna compasión a la hora de atacar a la policía", esgrime el máximo responsable de la policía municipal. "En Europa, la mitad de las víctimas son policías, necesitamos defendernos", afirma Muñoz, que tilda de "error" que se considere a los cuerpos municipales como "hermanos pequeños", ya que corren "los mismos riesgos" que el resto de fuerzas de seguridad.
Desde el atentado, los policías municipales han cambiado el tipo de munición, patrullan siempre en pareja y la plantilla -con una media de edad de 35 años y muy estable, sin apenas traslados- recibe formación antiterrorista.
Así, han multiplicado los entrenamientos para "enfrentarse a situaciones reales" y también se han intensificado las tareas de inteligencia, sobre todo entre la comunidad musulmana, a la que Muñoz agradece que sea "una gran aliada", ya que este colectivo "también puede ser víctima de la barbarie". Tras el atentado en Barcelona, perpetrado la tarde del 17 de agosto de 2017, la Policía Local de Cambrils respondió inmediatamente blindando el puerto, al ser la zona más concurrida de este municipio pesquero. Sin embargo, "los terroristas esperaron a que los Mossos d'Esquadra estuvieran solos ante el Club Náutico para atacar" y Muñoz no quiere ni pensar "qué hubiera sucedido si el mosso que les abatió no hubiera llevado una arma larga".
Un año después, analizado el ataque una y mil veces, el jefe de la Policía Local coincide con Dalmau: "Nunca te lo esperas, crees que no pasará nunca, que sucede a los otros...pero te puede tocar a ti y hay que estar a la altura".
Frente al Club Nàutic, un memorial recordará que un coche terrorista arrolló allí a varias personas -una mujer aragonesa de 67 años murió unos días después- mientras intentaba embestir al control de los Mossos, hasta que dos agentes autonómicos mataron a cinco yihadistas -un solo mosso mató a cuatro de ellos-. Dalmau anuncia que lo inaugurarán en "un acto muy sencillo, solemne y respetuoso" en el que "no importa si viene el Rey o un diputado", porque "los protagonistas serán y deben ser otros": las víctimas.
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