POLÍTICA GOBIERNO
Sánchez, entre luces y sombras
La dimisión de Màxim Huerta como ministro, la acogida del Aquarius o la huelga de taxis han marcado los 100 primeros días del Ejecutivo socialista || La exhumación de Franco y la posible cancelación de un contrato millonario con los astilleros de Cádiz, frentes abiertos para Moncloa
La primera moción de censura que salió adelante en el Congreso en 40 años de democracia aupó al socialista Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno. Con tan solo 84 diputados de los 350 que integran la Cámara baja, y el respaldo de Unidos Podemos y las fuerzas nacionalistas, el otrora deshauciado de la secretaría general del PSOE por los barones y restituido por los militantes de la centenaria formación, configuró un Ejecutivo que sorprendió y cautivó a la opinión pública. Contra todo pronóstico, conformó un Gabinete con una mayoría abrumadora de mujeres, 11 de 18. Asimismo, entre los ministros destacaban los nombres del astronauta Pedro Duque al frente de la cartera de Ciencia o del televisivo Màxim Huerta en Cultura. Precisamente fue el periodista valenciano el primer quebradero de cabeza de los socialistas. Tan solo una semana después de tomar posesión, El Confidencial destapó que Huerta había defraudado a Hacienda y se había vanagloriado de ello a través de Twitter. Aunque de primeras Sánchez descartó cesarle, la presión fue tal que Huerta acabó dimitiendo.
Sin embargo, y en paralelo a esta crisis, el nuevo Ejecutivo se apuntó un tanto con un gesto humanitario. Después que el Gobierno italiano impidiera que el barco Aquarius, repleto de migrantes rescatados en el Mediterráneo frente a las costas de Libia, atracara en su territorio, Sánchez ofreció el puerto de Valencia para efectuar el desembarco. Las expectativas creadas con esta acción, sin embargo, se desvanecieron, por ejemplo, el mes pasado, con la devolución en caliente a Marruecos de 116 personas que acababan de saltar la valla de Melilla. Mientras tanto, centenares de personas arriban en patera cada día a las costas, sin que el goteo de llegadas parezca tener fin.
Sánchez sorprendió con un Gabinete con mayoría de mujeres, un total de 11, frente a 7 hombres
Sánchez ha seguido con las devoluciones en caliente, lo que contrasta con la acogida del Aquarius
Pero más allá del problema migratorio, otro conflicto también amenazó con aguarle las vacaciones a Sánchez y a millones de españoles. La huelga de taxis de finales de julio dificultó enormemente los desplazamientos en las grandes ciudades, sobre todo en Barcelona. La ciudad condal asistió al bloqueo de la Gran Via y del Passeig de Gràcia y soportó una semana de paros y marchas lentas hasta que el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, satisfizo al gremio en relación con las licencias VTC. Los taxistas decidieron firmar una “tregua”, en palabras de los propios huelguistas.
Otro asunto espinoso para el Gobierno ha sido la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. Si bien la portavoz del Gabinete, Isabel Celáa, vaticinó que el proceso para trasladar su cuerpo se completaría antes de acabar el verano, la dificultad para encontrar una vía que ampare la medida ha demorado los trámites y no fue hasta el pasado día 24 cuando el Consejo de Ministros aprobó el decreto-ley que permitirá sacar al dictador del monumento y darle sepultura en otro lugar. Mientras tanto, el Valle de los Caídos aumentó un 77% sus visitas en agosto y también ha sido escenario de concentraciones de nostálgicos del franquismo. Militares, retirados, también fueron los que publicaron el mes pasado un manifiesto para defender la figura de Franco.
La polémica más candente, no obstante, es el anuncio de Defensa de cancelar el contrato para vender 400 bombas a Arabia Saudí que, a su vez, amenaza con dejar en papel mojado un contrato de más de 1.800 millones con los astilleros de Cádiz y dejar a miles de familias sin ingresos en una de las provincias con más paro. Mañana, la titular del ramo, Margarita Robles, dará cuenta del asunto en el Senado.