La ultraderecha sueca, tercera en las urnas, tiene la llave del gobierno

El Partido Socialdemócrata se alzó ayer con la victoria en las elecciones parlamentarias suecas. La formación del primer ministro, Stefan Löfven, recibió el apoyo del 28% del electorado. Este resultado, sumado al de sus socios excomunistas y al de Los Verdes, colocó en una ajustada primera posición al bloque de la izquierda, con alrededor del 40,5% de los sufragios. Los conservadores del Partido Moderano se quedaron a las puertas del 20% de los apoyos y se dejaron más de 3 puntos respecto a los anteriores comicios. El bloque de la derecha, que cuenta también con los democristianos, centristas y liberales, se quedó en el entorno del 40%. A la vista de estos resultados, Demócratas Suecos tendrá la llave para permitir la formación de un gobierno conservador que ponga fin a la hegemonia izquierdista. El partido ultraderechista superó el 17% de los votos y experimentó un ascenso de más de 3 puntos en relación con las últimas elecciones. No obstante, durante la campaña, los conservadores aseguraron que respetarían el “cordón sanitario” con los extremistas. Aun así, Ulf Kristersson, líder del centro-derecha, se mostró confiado durante los últimos días en que Demócratas Suecos permitirá desalojar a la coalición de socialdemócratas, verdes y excomunistas del poder. Sin embargo, el número 1 de los extremistas, Jimmie Åkesson, ya advirtió de que su eventual apoyo a un Ejecutivo conservador no será “gratis”.Según las leyes electorales suecas, no es necesario tener la mayoría absoluta para gobernar, sino que basta con no tener una mayoría en contra.

Mientras, Rusia también celebró ayer elecciones municipales y regionales en numerosas circunscripciones del país, entre ellas Moscú. En la capital, se presentó a la reelección Sergei Sobianin, el preferido del presidente del país, Vladimir Putin. Sobianin prácticamente no tuvo rival para reeditar su mandato como alcalde de la ciudad. Coincidiendo con la cita con las urnas, se produjeron manifestaciones en más de 80 ciudades del país contra la reforma de las pensiones anunciada por Putin, la medida más impopular del mandatario del Kremlin desde que en 2005 acabó con los beneficios sociales heredados de la Unión Soviética. Al menos 800 personas fueron detenidas por protestar, ya que en Rusia no se permiten las manifestaciones en las jornadas de votación.