ESNOTICIA
Un millón de personas gritan “llibertat presos polítics” en la Diada post 1-O
El movimiento independentista exhibe fuerza en un momento de excepción política
Una multitudinaria manifestación que tiñó de color coral la Diagonal de Barcelona convirtió la Diada de ayer en un clamor por la libertad de los independentistas presos en una jornada que, una vez más, transcurrió sin incidentes. Miles de leridanos secundaron la movilización de la ANC, que pedía “hacer efectiva la república”.
Los seis kilómetros de la Diagonal de Barcelona que separan la calle Castillejos, en Glòries; de Palau Reial, en Pedralbes, se tiñeron ayer de color coral. Un millón de personas, según la Guardia Urbana, participaron en la multitudinaria manifestación convocada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Al igual que otros años, fue una Diada familiar y festiva, si bien el excepcional momento político que se vive en la Catalunya post 1-O y post 155 hizo que la “ola sonora” que formaron los manifestantes fuera un grito a favor de la libertad de los políticos y líderes independentistas encarcelados y en el exilio, y eso que costó que se hiciera el silencio.
Miles de leridanos se desplazaron una vez más desde toda la demarcación. Baste recordar que la ANC había fletado 160 autocares –todos los disponibles– con 9.000 pasajeros a bordo.
Torra dice que la libertad “no fractura” y Larrosa pide “diálogo” en el acto institucional de la Paeria
Por la mañana se sucedieron los actos instucionales y populares en diferentes poblaciones de Lleida. La capital del Segrià acogió la celebración de la Diada de la Paeria en la Seu Vella, donde el alcalde, Fèlix Larrosa, abogó por el diálogo y el pacto. Por su parte, el primer mensaje institucional de la Diada de Quim Torra como president de la Generalitat estuvo marcado por las consecuencias del otoño soberanista de hace un año. “Dedicamos esta Diada a la libertad porque la libertad no fractura nunca. Lo que fractura es su ausencia”, afirmó el President, que prometió que haría efectiva la república.
Fue un día intenso en el que mucho antes de la hora simbólica de las 17.14, cuando arrancaba la multitudinaria movilización de Barcelona, se conocía otro de los titulares del día: el ministro de Exteriores, el leridano Josep Borrell, se mostraba partidario de liberar a los presos independentistas, además de afirmar que Catalunya es una nación.
Mientras, en Barcelona, los abogados de los políticos en el extranjero fueron los grandes protagonistas de la Diada. Así, Aamer Anwar, abogado de la ex consellera de Enseñanza, Clara Ponsatí, espetó que “el dictador Francisco Franco estaría orgulloso de la España actual” y lamentó que el Gobierno de Pedro Sánchez tenga “rehenes para negociar”. Por su parte, el abogado de Carles Puigdemont, Ben Emmerson, vaticinó que la de ayer será “la última Diada que se celebrará bajo soberanía española” porque “Catalunya será una república independiente el año que viene”.
El grito ensordecedor a favor de “la libertad de los presos políticos” y de “hacer efectiva la república” acabó por derrumbar un simbólico muro construido para la ocasión para representar la “superación de los obstáculos para hacer la república”. Un muro que se había alzado en el escenario de Palau Reial.