Cargas y tensión en Barcelona en marchas de signo opuesto

El centro de Barcelona se convirtió ayer en escenario de dos manifestaciones de signo contrario. Mientras una concentración independentista ocupaba la Plaza Sant Jaume desde la noche del viernes, una marcha unionista convocada por el sindicato policial Jusapol tenía previsto cubrir la distancia entre la Jefatura Superior de Policía de Via Laietana y la Plaza de Catalunya. Desde primeras horas, los Mossos formaron un cordón entre ambas manifestaciones. Las primeras cargas se registraron cuando un grupo de independentistas trató de rebasar la barrera policial y avanzar por Via Laietana. Después, tal y como había anunciado, la organización juvenil Arran lanzó pintura en polvo, lo que originó nuevas cargas. Lo mismo ocurrió en La Rambla, a la altura de Canaletes, y en la calle Bergara, para impedir que los manifestantes independentistas llegaran al centro de la Plaza de Catalunya, donde Jusapol había montado un escenario. Pese a los esfuerzos de los Mossos, un manifestante españolista con un casco de moto agredió a otro independentista. Finalmente, las 3.000 personas convocadas por Jusapol, según datos de la Guardia Urbana, quedaron encerradas en el centro de la Plaza de Catalunya, prácticamente rodeadas por 6.000 manifestantes soberanistas. Mientras, desde el atril, el presidente de este sindicato policial, Natan Espinosa, defendió que la Guardia Civil y la Policía “hicimos nuestro trabajo bien hecho el 1-O”. Todo ello poco antes de que trascendiera que Mariano Rajoy dijo el 1-O: “Una urna, una porra. La batalla mediática está perdida”, según El Períodico.

La jornada de ayer se saldó con 24 heridos, todos ellos leves excepto uno, que resultó menos graves. Además, 6 personas fueron detenidas por atentado a la autoridad y una séptima está investigada por lo mismo. La CUP y el PP, por razones opuestas, reclamaron la dimisión del conseller de Interior, Miquel Buch.