PARLAMENTO RESPUESTA
Delgado culpa a las “cloacas” de su grabación con Villarejo
Se ve como una “víctima” y advierte que no la amedrentarán || Afirma que los etarras de la T4 ya han sido indemnizados
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, compareció ayer en el Congreso de los Diputados, justo un día después de que la Cámara baja hubiera exigido su dimisión en una iniciativa que contó con los votos afirmativos del Partido Popular y Ciudadanos, además de la abstención de Unidos Podemos. Delgado, en un su intervención ante los diputados de la comisión de Justicia, se definió como una “víctima” del excomisario José Manuel Villarejo, a título personal y como miembro del Ejecutivo, ya que, a su entender, la filtración de las grabaciones se debe a una estrategia para “desestabilizar el Gobierno” orquestada desde las “cloacas del Estado alimentadas por el PP”. Las cintas, en las que la ahora ministra y entonces fiscal, conversa con Villarejo y el exmagistrado Baltasar Garzón, entre otros, serían un intento del excomisario, en prisión preventiva imputado por 14 delitos, de salir impune del caso Tándem, según la versión dada ayer por Delgado. Igualmente, volvió a negar haber mantenido una relación personal con Villarejo “tal y como ha quedado acreditado por la propia Fiscalía”. “No hemos sido amigos”, subrayó la ministra, a la vez que cargó contra los populares, a los que afeó que intenten “hacer chantaje” como el excomisario. También hizo hincapié en que las grabaciones son “ilegales” y que fueron registradas hace nueve años en un bar y sin su conocimiento. “No me van a amedrentar”, advirtió. En las cintas publicadas en el digital Moncloa.com, se escuchaba a la titular de Justicia explicar cómo jueces y fiscales se fueron con menores de edad durante un viaje a Colombia y calificar de “maricón” al actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
En otro orden de cosas, Delgado informó que el Estado ya ha abonado las correspondientes indemnizaciones a los etarras Igor Portu y Martin Sarasola, responsables del atentado en la T4 del aeropuerto de Barajas. En este sentido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó en febrero a España por haberles torturado.