El Gobierno niega presión a la Justicia para evitar el delito de rebelión en el 'procés'
El Gobierno ha negado este viernes que esté presionando a la Justicia para evitar que los dirigentes independentistas del "procés" sean acusados de un delito de rebelión, y ha rechazado que las declaraciones de miembros del Ejecutivo al respecto supongan un gesto a los soberanistas. Ha sido la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, quien ha garantizado que el Gobierno se mantiene absolutamente imparcial ante el "procés".
Lo ha hecho en la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros que se ha celebrado en Sevilla, la primera del Gobierno de Pedro Sánchez fuera de Madrid y también la primera ocasión en ocho años que la capital de España no la alberga.
En la reunión, pese a un informe del Consejo de Estado que ha considerado que no es el cauce idóneo, el Gobierno ha decidido recurrir al Tribunal Constitucional la resolución del Parlament en la que reprobó al rey. Una decisión que Celaá ha justificado "por sentido de Estado", ya que entiende que la resolución del Parlamento catalán es inconstitucional porque "supone un nuevo intento de iniciar un proceso unilateral que desemboque en la proclamación de una hipotética república".
Catalunya ha estado presente también en la conferencia de prensa ante las acusaciones al Gobierno de que las palabras tanto de su presidente, Pedro Sánchez, como de su vicepresidenta, Carmen Calvo, y otros ministros en torno al delito de rebelión suponen un intento de presión a la Justicia ante el caso de los dirigentes independentistas del "procés". Celaá ha manifestado que la Abogacía del Estado prepara su escrito de acusación en el "procés" con criterios "exclusivamente jurídicos", y ha insistido en que el Gobierno es "imparcial" y no da instrucciones ni a la Abogacía ni a la Fiscalía. Ha añadido que el Ejecutivo "no marca el paso" y que, como los tribunales son independientes, no tienen por qué ver alterado su ritmo. También ha negado que el Gobierno haya hecho gestos a los independentistas en los últimos días. Así, ha precisado que Sánchez no habló el pasado miércoles en el Congreso de su opinión sobre el delito de rebelión en Catalunya, sino que respondió al presidente del PP, Pablo Casado, cuando éste le acusó de ser cómplice de un golpe de Estado.
Por eso aludió al exdiputado del PP Federico Trillo y a su posicionamiento de 1994 sobre la necesidad del uso de violencia y armas en los golpes de Estado.
A Casado se ha dirigido hoy la portavoz del Gobierno para reclamarle que cambie su modo de hacer política para buscar soluciones a la crispación, y ha apuntado que tanto la moderación como evitar el insulto son buenas medidas al respecto. Una llamada que ha realizado después de que Casado acusara el miércoles a Sánchez de ser partícipe de un golpe y el presidente del Gobierno decidiera romper relaciones con él hasta que no rectifique.