REINO UNIDO NEGOCIACIONES
May se aferra al acuerdo del Brexit en medio de críticas y una cadena de dimisiones
La primera ministra británica alerta sobre las posibles “consecuencias” de no respaldar su plan || Un diputado conservador euroescéptico plantea una moción de confianza contra la ‘premier’
La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, se aferró ayer al acuerdo preliminar del Brexit suscrito con Bruselas a pesar de las fuertes críticas recibidas desde su propio partido en la Cámara de los Comunes y hasta dos dimisiones de ministros de su Gobierno, junto con otros altos cargos, un goteo que puede continuar en las próximas horas.
May, quien el miércoles anunciaba triunfal que sus ministros apoyaban el pacto para la salida del Reino Unido de la UE, tuvo que ver cómo no todos los miembros del gabinete de la ‘premier’ iban en el mismo barco, empezando por la dimisión de quien capitaneaba las negociaciones del Brexit, el ministro para la salida de la UE, Dominic Raab. Otra baja destacada fue la de la titular de Trabajo y Pensiones, Esther McVey.
Los líderes de UE se pronunciarán sobre el pacto del Brexit el 25 de noviembre
La píldora más amarga que puede atragantar a May es el reto público a su liderazgo de uno de los cabecillas del sector más eurófobo del Partido Conservador, Jacob Rees-Mogg, primero en promover una moción de confianza contra ella. Si logra que otros 47 parlamentarios sigan su ejemplo y envíen una carta al grupo “tory” en contra de May, se convocaría una votación para iniciar un proceso de primarias.
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, abundó en la extrema debilidad de la dirigente de un Gobierno que es un “caos” y anunció el voto en contra a este polémico texto de casi 600 páginas.
Sin embargo, May insistió en que “podemos abandonar la UE sin ningún tipo de acuerdo, encontrarnos con que no haya ningún tipo de Brexit, o podemos mostrar unidad y respaldar el mejor pacto posible”, que, a su juicio, es el que ella promueve contra viento y marea. Así, visto el incontable ejército de sus detractores, el documento tiene pocas posibilidades de ser aprobado cuando se vote en la Cámara de los Comunes en diciembre.
Pero May insistió en que “Brexit significa Brexit. No habrá un segundo referéndum ni intentos por permanecer en la UE”. Por ello, dijo que si el Reino Unido rechaza el principio de acuerdo, sufrirá “consecuencias” desconocidas.