Dos bases militares, objetivo de los yihadistas de Ripoll

La célula yihadista de Ripoll que cometió los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto del año pasado se planteó atentar contra dos bases militares en Aragón, según publicó ayer El Periódico. En este sentido, los terroristas comandados por el imán Abdelbaki Es Satty buscaron información hasta en diécisiete ocasiones de las instalaciones que tiene el Ejército en Zaragoza y en la localidad oscense de Barbastro. Estos datos fueron hallados por los Mossos d’Esquadra en un disco duro recuperado de entre las ruinas de la casa de Alcanar que el grupo utilizaba para preparar explosivos y que saltó por los aires justo ante de los ataques del 17-A. En el dispositivo intervenido por la Policía catalana, también se registraban hasta 52 búsquedas sobre “atracciones imprescindibles en París”. Igualmente, los yihadistas consultaron por Internet como fabricar explosivos y estudiaron otros posibles objetivos para sus planes terroristas, entre los que estaban el pantano de Riudecanyes, la Audiencia Nacional, o la multitudinaria fiesta de La Tomatina, que se celebra a finales de agosto en la localidad valenciana de Buñol.

Por otra parte, el sumario de la investigación recoge también una conversación en la cárcel entre Driss Oukabir, hermano mayor de Moussa Oukabir, abatido en Cambrils, que está en prisión provisional, y su madre, Fátima. En ella, Driss manifiesta que “era el único hermano que tenía y me lo han quitado los bastardos”, a lo que su madre responde “no tenían derecho a matar a Moussa; era pequeño”. Asimismo, Fátima añade que “todo el mundo piensa que ha ido al paraíso, la gente me dice que todos han ido al paraíso”. En paralelo, la hermanastra de otros dos yihadistas abatidos, Mohamed y Omar Hichamy, también llamada Fátima, le insiste a su madre que “el Profeta dijo que los mártires entrarán al paraíso sin ser juzgados por sus actos en esta vida” e insistió en que los terroristas “aplicaron la religión”. Así, el sumario recoge que los Mossos consideran que la familia les ve “como mártires”.