Sánchez pide reciprocidad en el diálogo, la vía por la que apuesta la Generalitat

El primer aniversario de las elecciones del 21-D bajo la aplicación del 155 estuvo marcado ayer por la celebración del Consejo de Ministros en Barcelona cargado de gestos por parte de Moncloa y protestas en las calles. La Generalitat pide más a Pedro Sánchez, que junto a Quim Torra han destensado relaciones y apuestan por el diálogo.

La ministra portavoz del Gobierno central, Isabel Celaá, afirmó ayer que la reunión el jueves entre Pedro Sánchez y Quim Torra fue “muy positiva” y un avance que va “abriendo más espacios para continuar dialogando”. Tras el Consejo de Ministros, afirmó que “el Gobierno siempre ha buscado espacios de diálogo y considera que no existe ninguna otra receta; ni soflamas emocionales ni una aplicación perpetua del 155 permitirá llegar a otras soluciones deficientes. Es el diálogo dentro de la Constitución lo que nos va a llevar a vehicular y encauzar el conflicto en Catalunya”, dijo. Criticó a quienes hacen una “invocación permanente” de la aplicación del 155, y en concreto al líder de Cs, Albert Rivera, en el que ve “un afán de recentralización”. Dijo que el “camino político” que ha puesto en marcha Moncloa necesita “reciprocidad” de los partidos de la Generalitat para “trabajar” y diseñar la senda de solución de la mejor manera posible. Mientras, la ministra de Política Territorial, Meritxel Batet, restó importancia a que no hubiera referencia alguna a la Constitución en el comunicado conjunto de Sánchez y Torra el jueves. Remarcó que la expresión “seguridad jurídica” que menciona el documento ya engloba todo el ordenamiento legal ya que no existe seguridad jurídica sin respeto a la Ley, y ello implica a todas las normas “empezando por la Constitución” y los estatutos.

La portavoz del Govern, Elsa Artadi, por su lado, afirmó que el comunicado conjunto que pactó el jueves con el Gobierno central demuestra que la Generalitat “prioriza la vía del diálogo”. “Nuestra vía prioritaria es el diálogo. Trabajaremos para ello con intensidad y sin desfallecer, pero no descartamos ningún mecanismo, siempre que sea democrático y no violento”, dijo en rueda de prensa para valorar la reunión del Consejo de Ministros en Barcelona. En cualquier caso, hizo una valoración positiva del encuentro en el Palau de Pedralbes, ya que considera que supuso consolidar una relación bilateral entre los dos gobiernos y “un paso adelante” para buscar soluciones en el conflicto sobre el futuro de Catalunya.

lleida/barcelona

Los Comités de Defensa de la República (CDR) volvieron a convertir ayer algunas vías de Catalunya en ratoneras, aunque con menor intensidad que en otras jornadas de protesta general. En Lleida, movilizaron a más de medio millar de personas y centraron su actuación en la A-2, que cortaron en Alcarràs. Algunos de los puntos más conflictivos en la red viaria catalana volvieron a estar en la AP-7 a su paso por L’Ampolla o en accesos al puerto de Tarragona. Pero la situación fue especialmente complicada en el centro de Barcelona, donde Mossos, Policía y Guardia Civil se coordinaron para garantizar que el polémico Consejo de Ministros en el aniversario de las elecciones celebradas bajo el 155 se desarrollara con la mayor normalidad posible. Tanto los gobiernos central como catalán coincidieron en quitar hierro a algunas imágenes violentas registradas por la mañana. Hubo choques entre los agentes y manifestantes de los CDR que intentaron saltarse controles policiales en algunos puntos de la Ciudad Condal, como en Avinguda Paral·lel, en la zona de Drassanes, en Via Laietana y en las calles del Raval. Allí se volvieron a ver imágenes de cargas de los Mossos.

Pero fue especialmente significativo el hecho de que desde las mismas filas de ciudadanos independentistas recriminaban la actitud de minorías violentas porque, insistían, el movimiento soberanista mantiene su clara apuesta por la vía pacífica y el diálogo.

La jornada tuvo como colofón manifestaciones en las principales ciudades catalanas, con más de 40.000 personas recorriendo el centro de Barcelona contra “el régimen del 78” o más de medio millar en la ciudad de Lleida.