El pequeño Julen pasa su segundo día en un pozo minúsculo sin que le consigan localizar

El pequeño Julen, el niño de 2 años y medio que el domingo por la tarde se precipitó al interior de un estrecho pozo de entre 20 y 25 centímetros de ancho y algo más de 100 metros de profundidad en el término municipal de la localidad malagueña de Totalán, pasó ayer su segundo día atrapado en esta cavidad artificial. En este sentido, los esfuerzos de los equipos de salvamento para rescatarle fueron infructuosos y no consiguieron dar con él. No obstante, los trabajos efectuados permitieron llegar a más de 75 metros de profundidad, donde se localizó una acumulación de tierra. “El problema es que sigue cayendo material, se compacta, es húmedo, y la zona es fría. En definitiva, no es fácil seguir rastreando ahí”, manifestó la subdelegada del Gobierno central en Málaga, María Gámez.

Con todo, los rescatadores sí que hallaron una bolsa de chucherías que llevaba consigo el pequeño en el momento en el que cayó al pozo, además de un vaso. Mientras tanto, no han dejado de extraer tierra. A este respecto, como comentó Gámez, en paralelo a la extracción de tierra “se analizan todas las posibles alternativas y secuencialmente se prueban, dentro de la forma menos agresiva para tener todo el cuidado posible”. A este respecto, el pozo no está entubado, lo que podría provocar que se derrumbara si se efectúan movimientos de tierras en las inmediaciones para tratar de acceder hasta el fondo del mismo desde un pozo paralelo.

Los rescatadores barajan abrir un pozo paralelo, excavar la ladera o seguir extrayendo tierra

De hecho, los equipos de salvamento barajan tres opciones para acceder hasta el nivel en el que se encontraría Julen. La primera es abrir un pozo paralelo, con el consiguiente riesgo de derrumbe del principal si no se entuba. La segunda vía pasa por excavar a cielo abierto la ladera hasta llegar al lugar en el que se cree que está el pequeño. El tercer camino es utilizar maquinaria de extracción de tierras para desbloquear la cavidad y bajar más rápido hasta el fondo del pozo. “Si no creyéramos que puede seguir con vida, no estaríamos barajando todas estas opciones”, subrayaron fuentes de la Guardia Civil.

El trágico suceso se produjo el domingo a mediodía. Julen se encontraba con sus padres en Totalán con motivo de una paella familiar. El pequeño iba dando un paseo cuando se precipitó al pozo, que no estaba señalizadoy que fue abierto hace tan solo unas semanas para buscar agua, aunque finalmente no se encontró.

Los padres de Julen perdieron a su otro hijo, de 3 años, en 2017 La tragedia se ha cebado de nuevo con la familia de Julen, el pequeño atrapado desde el domingo en un pozo del término malagueño de Totalán. Y es que en 2017, sus padres, José y Victoria, ya perdieron al otro hijo que tenían, Oliver, de 3 años, que murió de un infarto. El pequeño iba por la calle cuando sufrió un desvanecimiento y se desplomó. Fue trasladado a un centro sanitario donde no pudieron determinar la causa de la indisposición. Veinte días después perdió la vida de manera fulminante de un infarto. “Ya han perdido uno, este tiene que salir por fuerza”, explicó una vecina del barrio malagueño de El Palo, donde reside la familia, que también manifestó que la madre, que trabaja en una cadena de hamburgueserías, quedó muy afectada por la pérdida de su primogénito. “Están viviendo un infierno”, añadió la abuela materna de Oliver y Julen en declaraciones al rotativo andaluz Diario Sur.