CRISIS SOCIEDAD
Los “chalecos amarillos” no aflojan y encadenan 13 semanas de movilización
Miembros de los “chalecos amarillos”, ayer, ante las fuerzas del orden en las calles de París.
Los “chalecos amarillos” salieron ayer por decimotercer sábado consecutivo a las calles de París para protestar contra las políticas del Gobierno de Emmanuel Macron. Sin embargo, las cifras de movilización fueron menores que las de otras jornadas de movilización y, a mediodía, las fuerzas de seguridad contabilizaron a 4.000 manifestantes en París y a 8.000 más repartidos por el resto de Francia, en ciudades como Burdeos, Marsella, Niza, Montpellier, Rouen o Caen.
Los enfrentamientos más importantes en la capital gala tuvieron lugar en las inmediaciones de la Asamblea Nacional, y se desencadenaron cuando un grupo de “chalecos amarillos” intentó forzar la verja que rodea el recinto parlamentario. Fue en ese momento cuando los agentes lanzaron granadas lacrimógenas. Un manifestante cogió uno de estos artefactos con la mano para lanzarlo de nuevo contra los policías. Sin embargo, estalló antes de que lo soltara, con lo que le destrozó la mano, que le fue amputada por la explosión. Los bomberos evacuaron al herido a un centro hospitalario. El epicentro de la protesta de ayer se centró en la ley que la Asamblea Nacional aprobó esta semana en primera lectura y que busca controlar las acciones violentas que se producen en paralelo a las manifestaciones.
Un hombre pierde una mano al explotarle una granada lacrimógena lanzada por la Policía
Por otra parte, la popularidad alcanzada por este movimiento contestatario contra Macron ha provocado que hasta cuatro plataformas diferentes se arroguen para sí la legitimidad de representar a los “chalecos amarillos” como partido político. “Tienen toda la libertad a presentarse a título personal, pero no con el nombre nuestro”, enfatizó Éric Drouet, el rostro más visible de los “chalecos amarillos”.
