“No nos engañemos, no es un juicio, es una vergüenza”

Más de dos mil personas se concentraron ayer en la plaza Ricard Viñes para protestar “contra el juicio de la vergüenza”. Taula per la Democràcia eligió esta plaza porque allí estuvo el último de los acusados que vino a Lleida antes de ser encarcelado, Jordi Cuixart, en septiembre de 2017. La presidenta de Òmnium Cultural en Lleida, Montserrat Torres, afirmó que “hay que dejar claro que estamos en contra de esta ofensiva contra los valores democráticos”, palabras que los presentes contestaron con cánticos como “no es un juicio, es una vergüenza” y gritos de “libertad y independencia”. Posteriormente, miembros de la Advocacia per la Democràcia leyeron fragmentos de las acusaciones por parte de la Fiscalía “para que veáis las barbaridades con las que se les acusa” y se negaron a leer las acusaciones de la abogacía del Estado y de Vox “porque no hay que darles protagonismo”. Por último, alertaron de que “no nos dejemos engañar, porque no es un juicio, sino un atentado contra los derechos humanos”. Para finalizar, se leyó el manifiesto, que recalcó que el juicio “marcará un antes y un después”, se animó a secundar la huelga general del 21 de febrero y acudir a las manifestaciones de Barcelona y Madrid, el 16 de febrero y 16 de marzo, respectivamente.

Durante la jornada de ayer, el 70% de los estudiantes del Màrius Torres hicieron huelga, el 65% en la Caparrella, el 57% en el Guindàvols, el 73% en el Torre Vicens y el 40% en el Josep Lladonosa. Asimismo, los CDR bloquearon con cadenas entradas al Rectorado, cortaron el pont de la Universitat y Rovira Roure a la altura de Agrónomos y denunciaron que los Mossos identificaron “aleatoriamente” a tres personas.