Imputan al dueño de la finca del pozo donde murió Julen

David Serrano, propietario de la finca del término malagueño de Totalán en la que se encuentra el pozo al que cayó Julen, el niño de dos años y medio que falleció en el interior de la cavidad y que tardó dos semanas en ser rescatado, fue imputado ayer por el juez de instrucción número 9 de Málaga por un presunto delito de homicidio imprudente. La Fiscalía había solicitado su imputación y, según explicó el abogado de Serrano, Antonio Flores, ya esperaban que se diera este paso. Con todo, el ahora investigado ya dio su versión de los hechos públicamente la semana pasada. Serrano relató que la persona que abrió el pozo nunca lo cubrió y que fue él quien puso unos bloques de hormigón para evitar accidentes. No obstante, el pequeño Julen se escurrió por la angosta cavidad, de 25 centímetros de diámetro y algo más de 70 metros de profundidad.

Además de al propietario de los terrenos, también a petición del Ministerio Público, la jueza instructora ha citado a declarar en calidad de testigos a los padres del menor fallecido, José Roselló y Victoria García, así como al pocero Antonio Sánchez y a su ayudante, Mario H. También testificarán cuatro agentes de la Guardia Civil y tres senderistas que acudieron al lugar de los hechos al escuchar los gritos de auxilio momentos después del suceso.

Serrano explicó su versión la semana pasada ante la prensa y dijo que tapó el pozo con bloques

La suerte de Julen mantuvo en vilo a la sociedad española durante casi dos semanas el pasado mes de enero. Durante una comida familiar, el pequeño de dos años y medio cayó al interior de un pozo. El operativo de rescate movilizó a unas 300 personas e involucró a un equipo de salvamento especializado en accidentes en minas que se desplazó desde la cuenca minera del Cantábrico. Las características del terreno dificultaron poder llegar hasta el lugar donde se encontraba Julen. Finalmente, en la madrugada del 26 de enero, por medio de una cavidad excavada ad hoc, el personal de rescate pudo acceder hasta donde se encontraba el niño, que había fallecido.