JUICIO AL 'PROCÉS'
Ni violencia ni un euro para el 1-O
Estos han sido dos de los argumentos más repetidos esta semana por los ocho acusados que han declarado en el juicio en el Tribunal Supremo || Con una jornada de huelga y movilización multitudinaria en las calles, y a la espera de que hablen Forcadell, Cuixart y Rajoy
La segunda semana del juicio por el procés en el Tribunal Supremo se ha traducido en la repetición una y otra vez de algunas afirmaciones por parte de los ocho acusados que han declarado, como que no se gastó ni un euro público en el referéndum del 1-O y que la única violencia fue la desplegada por la Policía Nacional y la Guardia Civil para lo que calificaron como una manifestación política y cívica que demuestra que los ciudadanos quieren ejercer el derecho de autodeterminación. Todo ello pese a que ha habido estrategias no siempre coincidentes y con distintos acentos y matices, por parte de Raül Romeva, Jordi Turull, Josep Rull y Dolors Bassa, que han roto el silencio forzado por su prisión preventiva de más de un año y más aún Jordi Sànchez, y junto a sus excompañeros Meritxell Borràs, Carles Mundó y Santi Vila, que están en libertad. Después de que la semana pasada declararan Oriol Junqueras y Joaquim Forn, la próxima será el turno de Carme Forcadell y Jordi Cuixart y de un buen número de testigos, como Mariano Rajoy. La nota más discordante la ofreció el dimitido exconseller Santi Vila, que atribuyó la convocatoria del referéndum a las presiones de la CUP y los sectores más radicales del independentismo. Los miembros del que fuera el gabinete de Carles Puigdemont coincidieron en que cuando el Constitucional suspendió la ley del referéndum, el Govern no materializó ningún acto más y no destinó ni un euro al 1-O, aunque no lo paralizaron porque, según sostienen, el Congreso había despenalizado la convocatoria de este tipo de consultas y estaban convencidos de que no cometían ningún delito. Sobre la Declaración Unilateral de Independencia, coinciden en que fue simbólica, una “expresión política”, sin valor jurídico y que lo que pretendía era, al igual que todo el procés, llegar a una solución pactada. Todo ello ha coincidido con una huelga general el jueves, que tuvo una repercusión limitada, mientras que la movilización ciudadana sí fue multitudinaria en manifestaciones y concentraciones.