El soberanismo inunda Madrid en defensa de la autodeterminación en pleno juicio del 1-O

Los centenares de kilómetros que separan Catalunya y Madrid no fueron ayer óbice para que miles de personas se desplazaran hasta la capital del Estado para defender, de manera pacífica y sin incidentes, el derecho a la autodeterminación y exigir la libertad de los líderes independentistas encarcelados y que está siendo juzgados en el Supremo por su presunta vinculación con el referéndum del 1-O. Por tierra y aire, hasta 480 autocares y varios vuelos y trenes AVE trasladaron a los manifestantes hasta Madrid. También hubo autocares de otros puntos del Estado, como Euskadi, Galicia, Andalucía o Valencia. En total, 120.000 personas, según los organizadores, y 18.000 según la Policía Nacional, desfilaron entre Atocha y Cibeles en la que fue la primera gran marcha independentista en Madrid. Entre los preesentes en la movilización, convocada por una cincuentena de entidades del Estado, estuvo el president, Quim Torra, que pidió a España que escuche “los gritos de libertad” de Catalunya, o el cabeza de lista de ERC el 28-A en Barcelona, Gabriel Rufián, que defendió la “lucha por la democracia” y llamó a construir un “frente contra el fascismo”. A diferencia de otras ocasiones, ni Podemos ni los comunes se adhirieron a la marcha. Por contra, sí que contó con el respaldo de IU, lo que criticó el que fuera su coordinador general Gaspar Llamazares. En el capítulo de críticas, también se situó el líder del PP, Pablo Casado, que sostuvo que las entidades convocantes “están financiadas con el dinero de todos los españoles, con el FLA”, mientras que el vicesecretario de Organización de los populares, Javier Maroto, afirmó que Casado no hubiera permitido la manifestación en Madrid. En la misma línea, el líder de Cs, Albert Rivera, acusó al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, de no decir nada sobre la marcha “por miedo a que le quiten el avión y las llaves de la Moncloa”. Al término de la marcha, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie llamó a la unidad y el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, avisó que la defensa democracia española “pasa por defender los derechos en Catalunya”.