Agentes acusan a los Bomberos de participar en 'escraches' en la Seu
Relatan caceroladas, insultos y "caras de odio" de los manifestantes delante del hotel Nice de la capital del Alt Urgell
Agentes de la Guardia Civil que han declarado como testigos en el juicio del 'procés' en el Supremo han acusado a los Bomberos de la Generalitat de participar en 'escraches' con vehículos y uniformados en un hotel de la Seu d'Urgell. El agente de la Guardia Civil (TIP S24635E) ha relatado que estuvo en el hotel Nice de la Seu d'Urgell y que vivió varias manifestaciones en las puertas del establecimiento. Ha explicado que el día 3 de octubre hubo una concentración de hasta un millar de personas que gritaban, hacían caceroladas y "tocaban las palmas". También ha relatado "cánticos e insultos".
Ha destacado que en la concentración había un vehículo de los bomberos que iba con las sirenas puestas y también bomberos uniformados. El agente, sin embargo, ha reconocido que no hubo ninguna amenaza contra la integridad física de los agentes y ha hablado de "cánticos genéricos" contra la policía.
Un relato que también ha hecho otro guardia civil que estaba en el mismo hotel. El agente C34336U también ha defendido que era una concentración "organizada y orquestada" y ha dicho que tenía como objetivo hacer un 'escrache' para impedir que la policía entrara o saliera del hotel Nice. Y que había carteles colgados por el pueblo donde anunciaban las horas de las próximas concentraciones.
El segundo agente también ha coincidido al destacar insultos (ha descrito 'hijos de puta, asesinos y fuera las fuerzas de ocupación) y la presencia de los bomberos. "Se dieron un baño de masas entre la gente que había allí", ha afirmado.
Este agente también ha dicho que ni él ni sus compañeros habían vivido nunca antes una situación así "viendo caras de odio" en la gente y ha justificado que ellos el 1-O tuvieron una intervención "muy humana" en los colegios donde no actuaron "para no causar un daño mayor al que se quería evitar".
Los dos han explicado que el propietario del hotel se sintió "presionado" y que cuando acabó la reserva, el día 5 de octubre, se marcharon a otro hotel y acabaron en el Parador, donde relata que "casualmente" no sufrieron ningún 'escrache'.