Torra reta a la oposición a presentar una moción de censura en su contra

Todos los partidos de la oposición coincidieron ayer en intensificar desde el pleno del Parlament su exigencia al president de la Generalitat, Quim Torra, que convoque elecciones anticipadas y desista de continuar gobernando después que no salieran adelante los presupuestos de la Generalitat. La respuesta de Torra fue tajante y respondió que no convocará elecciones al Parlament, por que cuenta con el apoyo de la mayoría de los diputados y porque “sería una gravísima irresponsabilidad” ante el contexto político actual. Retó a la oposición a consensuar un candidato alternativo a la Presidencia de la Generalitat y presentar una moción de censura. Los comuns iniciaron el debate en el que Jéssica Albiach consideró que “la incapacidad” de Torra para aprobar los presupuestos de 2019 deja sin horizonte al Govern. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, dijo que el Govern “no dispone de una mayoría para gobernar” y el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, defendió el fin de la actual legislatura porque Torra “carece de los más elementales conocimientos de cómo se gestiona una administración pública moderna”. Por su parte la líder de Cs, Inés Arrimadas, consideró que el de Torra es “el peor gobierno de la historia”.

El Parlament votará hoy una moción impulsada por el PSC que busca que la Cámara inste al presidente a convocar elecciones o a someterse una cuestión de confianza. Sin embargo, si se aprobara la moción de los socialistas catalanes, eso tampoco garantizaría un avance electoral ni una cuestión de confianza, ya que, según marca la ley, la potestad para impulsar las dos acciones es exclusiva del presidente de la Generalitat.

Por otro lado el vicepresidente primero del Parlament, Josep Costa (JxCat), interrumpió a Inés Arrimadas cuando la líder de Cs citaba unos artículos escritos por Quim Torra en los que define como “bestias taradas” a los castellanohablantes antes de ser presidente de la Generalitat. Costa llamó al orden y le pidió “cortesía y respeto”, lo que generó un rifirrafe con el segundo vicepresidente, José María Espejo-Saavedra (Cs) que le reprochó su actuación y lo llamó también al orden acusándolo de actuar imparcialmente.