PANORAMA
La versión de los agentes indigna a los leridanos que fueron agredidos
“Cargaron sin mediar palabra y nos agredieron con porras de forma indiscriminada” || “Nosotros estábamos callados antes de que empezaran a pegarnos”
El psicólogo austriaco Paul Watzlawick dijo que “toda percepción es relativa”, y los recuerdos de aquella jornada de los agentes que participaron en las cargas del 1-O en Lleida nada tienen que ver con lo que vivieron los votantes que acudieron a las urnas.
Leridanos que fueron aquel día a votar explicaron ayer a SEGRE una historia muy diferente a la escuchada por los magistrados que sentenciarán a la cúpula del independentismo. Una historia, sin embargo, avalada por los testimonios gráficos de aquel día, que todo el mundo, impactado, vio. Lourdes acudió a votar al CAP de Cappont. “Cantábamos som gent de pau y llevábamos claveles en la mano. Lo que hizo la policía fue irracional y lo que cuenta ahora es un relato distorsionado”, señaló ayer. Ferran Montardit también votó en ese centro. “Cuando llegaron los policías, se hizo el silencio, lo recuerdo perfectamente”, relató. Así, y a diferencia de la versión de los agentes, que aseguraron que “temieron por su integridad” en este centro de votación, Montardit afirmó que “nadie les pegó”. “Yo estaba de pie en la puerta y no vi a nadie que se resistiera activamente”, dijo. “Después, los policías me pegaron puñetazos en las manos para que me soltara del resto de gente, entre dos me cogieron, me tiraron al suelo y me sacaron de allí”, narró, a la vez que aseguró que algunos votantes resultaron heridos por unas cargas que, ayer, uno de los agentes calificó de “ejemplares” ante el Supremo. “Ejemplares lo serían en función de la ley mordaza”, ironizó Pepa Bosch, que votó en la delegación de Bienestar Social en Lleida.
“Me lanzaron debajo de un banco, me cayeron encima varios, me levantaron y me volvieron a echar al suelo”
“Estábamos en silencio, llegaron y cargaron sin mediar palabra”, explicó. “A mí me lanzaron debajo de un banco y varias personas me cayeron encima. Después me tiraron, me levantaron y me volvieron a echar al suelo, caí entre dos coches”, contó. “Lloré y vi como aplastaban a gente contra la puerta del centro, mientras le hacían a otras personas lo que me habían hecho a mí y las echaban al suelo”.
“Tenía que ser un día bonito y nos lo destrozaron”
Catalunya, en general, y Lleida, en particular, se vieron inmersas en un ambiente de ebullición en los días previos al 1-O. La incertidumbre sobre lo que ocurriría durante el referéndum se transformó en ilusión al ver llegar las urnas a los centros de votación al alba. “Tenía que ser un día bonito y nos lo destrozaron”, subrayó Arnau, un leridano que acudió a votar a la EOI de la capital del Segrià. “Nosotros no éramos violentos, fueron ellos los violentos que, sin preguntar ni nada, empezaron a repartir”, explicó, a lo que añadió que “da vergüenza escuchar el relato de los policías”. Otro de los votantes, que prefiere no revelar su nombre, recordó cómo los agentes “van anar a l’ample”. “Al que tenía justo delante mío, un policía lo cogió del cuello hasta que se puso azul y cayó al suelo. La mirada que me lanzó el policía me hizo entrar en pánico, caí y me tuvieron que atender los sanitarios”, narró, y añadió que “tardé cinco meses en poder ver las imágenes”.