Jordi Sànchez: El sobiranismo no va unido por la negativa de ERC. Es un error

¿Cómo se plantea una campaña electoral estando en prisión?

Con mucha paciencia y sobre todo con un gran trabajo de equipo. Y con la esperanza de que la ciudadanía entenderá las limitaciones que la prisión impone.

El hecho que tres de los 4 cabezas de lista de Junts per Catalunya estén presos, ¿lo ve como un incentivo para tener más votantes?

No lo sé, pero no se ha hecho en clave electoralista. El liderazgo que los presos asumimos en las listas es la mejor manera de denunciar la vulneración de nuestros derechos y de evidenciar la excepcionalidad de un juicio político por haber ejercido derechos políticos. La mejor respuesta es continuar ejerciendo estos derechos en unas elecciones. El mensaje es claro: no nos rendimos a la hora de reivindicar nuestra inocencia y estamos determinados a proseguir el trabajo político.

Usted preconiza la unidad del independentismo, pero tanto en las generales como en las europeas y municipales, los principales partidos soberanistas se presentan por separado. ¿Cuáles cree que son las causas de esta situación?

Solo hay una: la negativa de ERC a sumar en una lista las diversas sensibilidades del soberanismo, más allá de afinidades partidistas. La unidad no es un capricho, es una oportunidad para mostrar la fortaleza social del independentismo. Es un error no haber ido unidos. En todo caso JxCat representa este espíritu de unidad y pluralidad en defensa del 1 de octubre.

La Crida Nacional per Catalunya impulsada por Puigdemont que usted preside tampoco ha conseguido este objetivo. ¿El hecho de encabezar la lista de JxCat no supone certificar que la Crida es el PDeCAT mínimamente ampliado?

JxCat se presenta a estas elecciones porque la unidad no ha sido posible porque algunos no la han querido. La unidad sigue siendo el objetivo de la Crida. Y mientras no sea posible, los que integramos su dirección podemos participar en listas electorales. Yo lo hago por JxCat y otros lo hacen o harán en las municipales por ERC u otras candidaturas. Además, puse a consideración de los asociados si debía presentarme o no. Un 80% de los más de 9.000 que votaron avalaron que lo hiciera. ¿Cuántos partidos han hecho primarias y, de los que las han hecho, cuántos han tenido una participación tan elevada? La Crida incorpora a gente de procedencias diversas, también del PDeCAT, pero no es el PDeCAT. Solo los que defienden posiciones partidistas contrarias al soberanismo o a su unidad necesitan acusarnos de ser una nueva versión de un partido. Saben que no es verdad.

Si JxCat es decisivo, ¿será una condición sine qua non que el candidato a presidir el Gobierno acepte la autodeterminación para apoyarle? ¿Es posible ser más flexibles si la alternativa es un tripartito PP-Cs-Vox?

Vamos a Madrid a hablar de todo, pero no aceptaremos que nos limiten aquello de lo que queremos hablar y que sí o sí pondremos sobre la mesa para solucionar la actual crisis política. No podemos aceptar que alguien imponga líneas rojas para vetar posiciones democráticas que defiendan el referéndum como solución democrática. Si alguien prefiere el Código Penal antes que un referéndum, que lo diga y lo explique al mundo. Si alguien prefiere alimentar el conflicto en vez de encontrar una solución, que lo diga alto y claro. Quedará democráticamente retratado. En cualquier caso, el tripartito de derechas es el peor escenario posible y somos la garantía de que lo haremos inviable si tenemos buenos resultados. No debemos avergonzarnos ni pedir perdón por el 1 de octubre. Es el mayor acto de defensa de la democracia hecho nunca en Europa. En ningún lugar se ha visto 2,3 millones de personas yendo a votar desafiando una violencia policial arbitraria. Estoy dispuesto a perdonar a los que obedecieron órdenes y apalearon a hombres y mujeres de todas las edades que solo querían votar, pero pedir perdón por haber animado a la gente a votar y a votar sí no tiene sentido.

Hay voces dentro del independentismo que apuestan por una estrategia de bloqueo para que no haya Gobierno o hacer que sea muy débil. ¿Lo comparte?

Nosotros vamos a romper el actual bloqueo, que el PP, Ciudadanos y Vox quieren imponer de nuevo. Vemos con preocupación que los socialistas caigan en manos de Cs, ya que podrían repetir el 155. Por eso JxCat debe ser fuerte. Cuantos más votos tenga habrá más probabilidades de hacer política y desbloquear el freno que los gobiernos de Rajoy y Sánchez han representado para las aspiraciones de bienestar de los catalanes y para resolver la crisis con un referéndum.

Hay quien dice que lo mejor sería un tripartito de derechas y un 155 duro porque generaría más independentistas y más apoyo internacional y la independencia sería entonces imparable. ¿Qué opina al respecto?

No comparto la idea de que cuanto peor mejor. Nosotros tenemos un proyecto de futuro, la independencia, y una actitud constructiva y cohesionadora como demostramos el 1-O. Nuestra mano siempre estará tendida al diálogo.

Si los partidos independentistes no logran más de la mitad de los votos, ¿lo considerará un fracaso o, como mínimo, un retroceso?

Cada elección es un mundo y todos sabemos que en unas generales una parte del electorado independentista apuesta por opciones diferentes. Hay que evitarlo y nuestro objetivo es hacer entender que, como sucedió el 21D, es clave votar opciones independentistas como JxCat.

Ya han pasado dos meses desde el inicio del juicio. ¿Sigue pensando que hay posibilidades de que el Supremo dicte una sentencia absolutoria?

Estoy convencido. Con todos los testigos que han pasado hasta ahora, no hay ninguna base seria para condenarnos por los delitos de que se nos acusa. Si el Tribunal es justo nos absolverá.

¿Qué testigo le ha sorprendido más positivamente en su declaración y cuál más negativamente? ¿Por qué?

Negativamente muchos, por su capacidad de mentir exageradamente recitando un guión que alguien les ha preparado para crear un entorno de violencia ambiental que justifique la sentencia condenatoria. El general Pérez de los Cobos quizás ha sido el que más. Positivamente, el subsecretario de Estado de Hacienda, que confirmó los controles estrictos del ministerio sobre la Generalitat, lo que desmonta la acusación de malversación.