PANORAMA
Fernàndez insiste en que la movilización del 20-S fue “pacífica” y admite que desobedeció
“Si la autodeterminación es un delito, me declaro culpable y reincidente”, afirma || Los testigos propuestos por las defensas desacreditan el relato de violencia en los días previos a la celebración del referéndum
La última sesión de la semana del juicio en el Tribunal Supremo contra la cúpula del independentismo por los presuntos delitos que se les atribuyen en relación con el referéndum del 1-O estuvo protagonizada por testigos propuestos por las defensas que explicaron su punto de vista de las movilizaciones del 20-S y desagranaron la actividad del Diplocat. “Nuestra actitud fue indudablemente no violenta y pacífica”, subrayó el exdiputado de la CUP David Fernàndez ante los magistrados en referencia a la concentración ante el edificio de la conselleria Economía y a la que se produjo más tarde ante la sede de los cupaires como respuesta a la presencia policial en las inmediaciones. Al hilo de esto, Fernàndez denunció que “la Policía intentó entrar en la sede de un partido político sin ninguna clase de orden judicial”. “Me impidieron entrar en la sede de mi propio partido”, señaló, a la vez que insistió en que “no hay estrategias violentas en el espacio independentista” y en que “siempre llamamos al pacifismo”. Asimismo, admitió que haber desobedecido al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, que prohibió el referéndum. “Desobedecimos 2,3 millones de personas. Si la autodeterminación es delito, me declaro culpable y reincidente”, sostuvo. A diferencia de los también exdiputados de la CUP Antonio Baños y Eulàlia Reguant, Fernàndez acabó por responder a las preguntas de la acusación popular, a pesar de las reticencias que expresó inicialmente.
En la misma línea, el diputado de ERC Jordi Orobitg explicó que “había mucha gente en un ambiente festivo proclamando el derecho de protesta” ante la sede de Economía. “Llegué antes de las diez de la mañana y me marché de madrugada, y solamente vi un acto reprobable, un joven lanzando una botella de agua vacía contra la fachada de la conselleria”, relató. Asimismo, añadió que “no vi ningún intento de asalto violento a la sede de Economía”. También el senador republicano Bernat Picornell calificó de “festivo” el ambiente en la concentración del 20-S y destacó que la gente cantaba y que, incluso, participó una colla castellera. En sintonía con ambos testigos, Sílvia Sàbat, que era en aquel momento la jefa de secretaría de la conselleria de Economía, habló de un “ambiente tranquilo” y aseguró que la concentración en el exterior del edificio “no interfirió” en las diligencias judiciales.
Los testigos afirman que la movilización del 20-S tuvo carácter “festivo” y que imperó la “tranquilidad”
Por otro lado, en referencia al referéndum, el diputado de ERC Rubén Wagensberg aseveró que “la ciudadanía protagonizó aquel día el acto de desobediencia civil más importante de los últimos años”. A este respecto, explicó que los catalanes “consideraron que la resolución del Tribunal Constitucional era injusta y decidieron desobedecerla” y añadió que “la ciudadanía se autoorganizó” para sacar adelante la votación. En este mismo punto insistió Jordi Armadans, director de Fundipau. “La gente colaboraba en el referéndum sin haber sido organizada previamente”, defendió. Además, puntualizó que “nadie, a nivel organizativo, pretendía fomentar el uso de la violencia” durante la jornada de votación. En una línea similar a la de Wagensberg y Armadans, Maite Aymerich, alcaldesa de Sant Vicenç dels Horts, localidad de Oriol Junqueras, explicó que el vicepresident del Govern de Carles Puigdemont “pidió calma y actitud pacífica” en el 1-O a los votantes. “Junqueras se dirigió a los vecinos pidiendo calma y serenidad”, aseguró, a la vez que remarcó que “en Sant Vicenç dels Horts no hubo violencia”. También puntualizó que fueron los Mossos d’Esquadra los que impidieron a Junqueras acceder a su colegio electoral para votar.
“Romeva nunca se ha desviado del pacifismo”, dicen dos testigos Otro de los testigos que declaró ayer ante el Tribunal Supremo fue Fèlix Martí, exdirector y fundador del centro Unesco de Catalunya, que aseguró que el conseller cesado de Exteriores, Raül Romeva, “nunca se ha desviado de la orientación pacífica”. Martí explicó que Romeva “pidió tener una responsabilidad técnica en el centro Unesco de Catalunya”, una institución que tiene como fin “promover los derechos humanos en todos los continentes”. En sintonía con las palabras de Martí, el director de Fundipau, Jordi Armadans, sostuvo que “Romeva está convencido de que cualquier conflicto ha de ser resuelto por la vía del diálogo”. Asimismo, añadió que el ahora candidato de ERC al Senado en las elecciones del domingo “está convencido de actuar en todos los supuestos en clave de paz”.