Ningún presidenciable y un plasma histórico

Solo el presidenciable socialista, Pedro Sánchez, ha puesto los pies en la capital del Segrià en periodo electoral. Sin embargo, no se molestó en pedir el voto para un PSC leridano que trata de recuperar el diputado perdido en 2016. Su estancia se limitó a una visita a la Seu Vella, unas fotografías con la militancia socialista y otras corriendo por La Mitjana. Concentrado en preparar los debates televisivos, rechazó conceder entrevistas a medios locales y catalanes. Sin embargo, no fue el único.

Ni la cabeza de lista del PP por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo; ni su homóloga de Cs, Inés Arrimadas, han concedido entrevistas a medios leridanos en esta campaña electoral. El partido naranja ha extendido además su negativa a todos los miembros de sus candidaturas por Lleida a excepción de la número uno de la lista al Congreso, María Burrell.

En lo que se refiere a actos electorales, Álvarez de Toledo solo participó en un pequeño mitin en un hotel leridano con un aforo reducido. Arrimadas ni siquiera apareció por Lleida, donde la actividad de Cs en campaña ha sido escasa en comparación con la del resto de formaciones. En cambio, sí visitaron Ponent la cabeza de lista del PSC por Barcelona, Meritxell Batet, y el de En Comú Podem, Jaume Asens.

Mucho más intensa ha sido la campaña de ERC y JxCat, con una apretada agenda de actos tanto en las comarcas del llano como en las del Pirineo a lo largo de la campaña. Esta última formación dejó una imagen para la historia durante su mitin en La Seu d’Urgell. La aparición del número uno de la lista al Congreso, Jordi Turull, a través de videoconferencia desde Soto del Real fue la primera intervención en un mitin de un candidato encarcelado. Fue algo del todo inesperado, dado que la junta electoral no dio el visto bueno hasta apenas una hora antes del acto en la capital del Urgell. El día antes, Oriol Junqueras presidía una rueda de prensa desde prisión como candidato de ERC por Barcelona.

Hasta entonces, las comparecencias de políticos a través de una pantalla gozaban de escaso prestigio: se conocía como “plasmas” a las apariciones públicas de Mariano Rajoy por videoconferencia, un método al que recurría para eludir las preguntas de los periodistas. En esta campaña, en cambio, se han convertido en el único medio que candidatos acusados de rebelión pueden emplear para dirigirse a los electores.

Como ya sucedió en las elecciones catalanas del 21-D, los tribunales han tenido un protagonismo inusitado durante la campaña electoral. Al juicio contra los dirigentes indepdendentistas, se suman acusaciones de desobediencia contra los alcaldes de Alcarràs y Agramunt por facilitar la votación del 1-O; y resoluciones que han obligado a retirar pancartas contra la causa penal y lazos amarillos en numerosos municipios.