ELECCIONES
GRÁFICO | ¿Cómo serán los pactos en Lleida?
Las dos fuerzas independentistas también podrían optar por dirigir la Paeria buscando apoyos puntuales ||Pueyo tiene garantizada la alcaldía porque un pacto que sume mayoría absoluta sin ERC es inviable
Los resultados registrados ayer en Lleida ciudad sitúan como escenario más factible un gobierno formado por Esquerra Republicana y Junts per Catalunya Lleida con el apoyo del Comú, ya sea dentro del mismo o desde fuera. De esta forma, el PSC se quedará en la oposición por primera vez desde el bienio 1987-1989. Esto es lo que hace prever el posicionamiento de estas tres formaciones tanto durante los últimos cuatro años como en la campaña. ERC, JxCat y Comú suman 15 concejales, uno más que los necesarios para tener la mayoría absoluta.
El alcaldable de ERC, Miquel Pueyo, será el encargado de liderar la negociación para formar gobierno en su condición de lista más votada. Este hecho casi le garantiza ya de entrada la alcaldía, porque la polarización del panorama político en torno al “procés” y el reparto de los 27 ediles de la Paeria hace prácticamente inviable un pacto que sume mayoría absoluta dejando al margen a Esquerra.
La polarización en torno al “procés” invalida de entrada opciones como un pacto entre ERC y PSC
Pueyo ya tendió ayer la mano a JxCat y el Comú, y lo lógico es que empiece negociando con Toni Postius, cabeza de lista de JxCat, con la que ERC se disputaba la hegemonía del independentismo en la capital. Habrá que ver qué contrapartidas solicita Postius, que ve cómo su partido, que siempre había sido la principal fuerza de oposición en la Paeria salvo en el primer mandato de la democracia, no ha podido liderar finalmente el cambio.
A partir de aquí, tocaría negociar qué papel conceden al Comú, si le invitan a formar parte del gobierno o si intentan conseguir su apoyo estable pero desde fuera del mismo. Aunque el Comú no se define como independentista, ha coincidido con ERC y el PDeCAT en todas las votaciones importantes a lo largo del último mandato. Además, su número uno, Sergi Talamonte, se ha mostrado muy duro con el equipo de gobierno socialista, tanto durante cuando el alcalde era Àngel Ros como en los meses en que Fèlix Larrosa ha sido el primer edil.
Ahora bien, también sería posible que ERC y JxCat gobernaran buscando apoyos puntuales de otros grupos. Hay que tener en cuenta que para que no salieran adelante sus propuestas, el Comú debería votar en el mismo sentido que PSC, Cs y PP, es decir, precisamente todo lo contrario de lo que ha pasado en los últimos cuatro años.
Tampoco sería imposible, aunque sí ciertamente muy difícil, que Pueyo intentara gobernar en solitario, lo que obligaría a ERC a una negociación prácticamente permanente con las demás fuerzas para sacar adelante los diversos asuntos.
Otra alternativa totalmente diferente sería que Esquerra explorara un acuerdo con el PSC, el gran derrotado de la jornada, ya que ambos suman los 14 ediles que dan la mayoría absoluta. Pero aunque en política nunca se puede descartar nada, Pueyo siempre ha dicho que su partido no pactaría con los partidos que apoyaron la aplicación del 155 en Catalunya. Asimismo, el mensaje del cambio que ha centrado su campaña tampoco casaría con un pacto con el partido que ha gobernado la ciudad desde 1979, salvo menos de dos años entre 1987 y 1989.
La Paeria pasa de siete a seis grupos al desaparecer el de la Crida-CUP El pleno de la Paeria volverá a estar fragmentado, aunque algo menos que en el último mandato, ya que en lugar de tener siete grupos se queda con seis después de que la Crida-CUP se haya quedado fuera. El incremento de seis puntos de la participación ha hecho aumentar hasta alrededor de 3.000 los votos necesarios para superar el umbral mínimo del 5%, y la Crida no ha llegado a los 2.500, casi 2.000 menos que hace cuatro años, con lo que se ha quedado a siete décimas de este 5%. Si hubiera repetido resultado, esta formación independentista habría vuelto a estar presente en el ayuntamiento. Y si a la Crida le ha ido mal, a las formaciones que se estrenaban en esta cita, como Vox y Primàries, les ha ido todavía peor.