“Hay que mirar hacia delante pero nunca lo olvidaremos”

Horas después del atentado terrorista en Barcelona, los yihadistas trataron de efectuar otro atropello masivo en la localidad de Cambrils que, a la postre, se saldó con la muerte de todos los atacantes y de una mujer que fue arrollada por el vehículo que conducían. Ayer, sobre la placa que recuerda lo sucedido había un ramo en recuerdo de Ana María Suárez, la víctima mortal. Las flores fueron depositadas por amigos o familiares. Será hoy cuando el president de la Generalitat, Quim Torra, acuda a Cambrils para depositar flores en este lugar. Este año, el consistorio de la localidad no ha organizado ningún acto.

A pesar de que ya han pasado dos años desde lo sucedido, el recuerdo de aquella funesta noche sigue presente entre los leridanos que veranean en la costa tarraconense. Amparo Segarra, una leridana que reside en València, explicó ayer emocionada que “aquella noche la pasamos sin dormir, fue horrible. Escuché los helicópteros y los disparos. Fue muy duro y cada vez que lo recuerdo se me pone la piel de gallina”. No obstante, subrayó que “hay que mirar hacia delante, aunque sea un recuerdo que nunca olvidaremos”. Josep Tribó, de Mollerussa, llegó a Cambrils el día siguiente a los atentados. “Esperemos que no se vuelva a repetir algo así”, manifestó, a la vez que sostuvo que el trauma “diría que está ya superado porque veo un ambiente muy tranquilo y muy calmado”. “Estamos muy bien aquí en Cambrils y no hay ningún problema”, concluyó. “Vengo a Cambrils desde pequeña a veranear y que la víctima fuera de Zaragoza todavía me impactó más”, dijo por otro lado Julia, una turista zaragozana.

El acto, que duró unos diez minutos, se celebró en el lugar en el que paró la furgoneta del terrorista

Algunos asistentes lucieron camisetas en las que exigían saber “la verdad” de lo ocurrido

BARCELONA

Silencio, flores y emociones a flor de piel. Estos fueron los tres elementos definitorios que presidieron el acto en memoria de las 16 víctimas mortales y 140 heridos que dejaron tras de sí los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils en el segundo aniversario del zarpazo yihadista.

Al punto de las diez de la mañana, en el mosaico obra de Joan Miró de Les Rambles, lugar en el que paró la furgoneta de Younes Abouyaaqoub tras efectuar el atropello masivo, el president de la Generalitat, Quim Torra, el del Parlament, Roger Torrent, el vicepresident, Pere Aragonès, el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande Marlaska, el presidente del Senado, Manuel Cruz, la delegada del Gobierno en Catalunya, la leridana Teresa Cunillera, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, depositaron flores blancas por las víctimas de la barbarie terrorista que azotó Catalunya ahora hace dos años. Junto a ellos, otros cargos institucionales y numerosos familiares de las víctimas, cuyo dolor se hizo patente cuando el grave silencio que pesaba sobre esta bulliciosa arteria barcelonesa fue roto por las notas de El Cant dels Ocells, todo un himno adaptado por el célebre violonchelista catalán Pau Casals. Los abrazos se sucedieron. Además de los políticos, los asistentes también depositaron flores para homenajear a las víctimas. Más allá del rigor que presidió el acto, que duró unos exiguos diez minutos, también hubo espacio para la protesta y la reivindicación, a pesar de la neutralidad que se quería mantener. Y es que algunos de los familiares asistentes portaron camisetas con lemas como “exigimos la verdad”, “tenemos derecho a la verdad” y “nombrarnos y ayudarnos”. También llevaban imágenes de sus seres queridos. Asimismo, otros participantes en el homenaje blandieron una pancarta en la que se leía “El Islam condena tajantemente el asesinato de personas inocentes”.

En paralelo, tanto la Generalitat como el ayuntamiento de Barcelona organizaron una recepción privada a los familiares de las víctimas.