PANORAMA
Las tensiones comerciales y el temor a una recesión global irrumpen en la cumbre del G7
Trump amenaza a Francia con aranceles al vino francés, y la UE avisa que replicará si lo hace || Macron ya avisa de la dificultad de llegar al consenso pese a ser un foro informal y no habrá postura oficial
Un G7 de expectativas rebajadas pero con importantes asuntos sobre la mesa como las tensiones comerciales y el temor a una recesión a nivel mundial abrió ayer su cumbre anual, que se celebra en la localidad francesa de Biarritz, en la que la división entre sus países miembros quedó de manifiesto pese a las buenas intenciones. El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió de que las tensiones comerciales “perjudican a todo el mundo” y confió en que esta reunión contribuya a la desescalada, pero declaraciones previas de algunos de sus participantes habían precisamente avivado el fuego. Así, el presidente estadounidense, Donald Trump, reiteró antes de viajar a Biarritz su amenaza de imponer aranceles al vino francés en respuesta a la ley que tasa en Francia la facturación digital de los gigantes tecnológicos. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ya advirtió que si EEUU lo lleva a cabo, la UE “responderá del mismo modo” para defender a su país miembro.
Además, Trump confirmó dos subidas arancelarias contra China tras desatar una crisis bursátil al instar a las empresas estadounidenses a abandonar sus operaciones en el gigante asiático.
Pese a todo, en su primer cara a cara con Macron en una comida bilateral de trabajo, Trump se mostró conciliador y aseguró que incluso el tiempo era “perfecto”, mientras que el anfitrión dejó clara la necesidad de este tipo de discusiones entre “aliados y amigos”.
La situación en Libia, Siria, Ucrania, Corea del Norte e Irán formaron parte de su agenda. “Tenemos que trabajar muy duro porque creo que compartimos el mismo objetivo, asegurarnos de que no tiene acceso al arma nuclear”, dijo el líder galo sobre Irán, pese a que el presidente estadounidense se retiró en 2018 del acuerdo nuclear internacional alcanzado tres años antes con la República Islámica.
La imprevisibilidad de Trump a golpe de tuit no fue el único elemento explosivo de la cumbre: el estreno del nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, contribuyó a polarizar las posturas en uno de los temas principales de la agenda, el Brexit. Johnson se enzarzó en un combate de declaraciones con Tusk en el que trataron de responsabilizarse mutuamente si al final Reino Unido debe salir de la UE sin acuerdo.
El debate sobre una reincorporación de Rusia al G7 tras su expulsión en 2014 por la anexión de Crimea, algo que solo respalda Trump, o el frente abierto con Brasil por su gestión de los incendios en la Amazonía, que ha provocado que la UE cuestione el pacto con Mercosur, empañan una agenda centrada en la lucha contra las desigualdades.
Conscientes de la dificultad de llegar a consensos pese a ser un foro informal y franco de diálogo, Macron avisó ya de que no habrá un comunicado final conjunto.
La lucha contra la desigualdad y África centran hoy los debateslos líderes de las siete mayores economías mundiales centrarán hoy sus trabajos durante un almuerzo de trabajo sobre la lucha contra la desigualdad, qn el que se presentará también el informe del Consejo Consultivo sobre la Igualdad de Género del G7. Las relaciones de estos siete países industrializados con África también estará sobre la mesa.