La asesina de Gabriel pudo golpearlo con un hacha en la cabeza, según los peritos

Los peritos que declararon ayer en el juicio contra Ana Julia Quezada por la muerte del pequeño Gabriel apuntaron que el ADN hallado en una hacha de la finca de Rodalquiar, donde murió el niño, es “compatible” con que la acusada golpeara al menor en la cabeza, aunque matizando que con el análisis efectuado no se puede determinar qué tipo de contacto se produjo. Según la versión de la acusada, la muerte del menor se produjo de forma “accidental” tras iniciarse una supuesta discusión debido a que el menor jugaba con el hacha.

Durante la jornada, los peritos también afirmaron que Quezada permaneció en la finca durante tres horas el día que mató al menor, según los datos telefónicos recopilados por la Guardia Civil durante la investigación del caso. Los agentes que hicieron la inspección ocular de la finca indicaron que hallaron un martillo cerca de donde fue enterrado Gabriel, un hacha apoyada en un muro de hormigón y una pequeña mancha de sangre en el marco de aluminio de la puerta que daba de la casa al jardín. Por otro lado, el coronel jefe de la Comandancia de Almería, señaló que la búsqueda del niño costó más de 200.000 euros. Por su parte, la defensa rechazó la posibilidad de que Ana Julia limpiara la finca en la que tuvo lugar el crimen.