Torra retira la pancarta de los presos y ponen otra en favor de la libertad de expresión

La pancarta por la libertad de los presos y el retorno de los exiliados que ha colgado prácticamente de forma ininterrumpida del balcón del Palau de la Generalitat desde que el president, Quim Torra, accedió al cargo en la primavera del año pasado fue descolgada ayer en cumplimiento de la orden dictada por la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). Los magistrados desestimaron las alegaciones presentadas por el president y ordenaron a los Mossos d’Esquadra que “inmediatamente” retiraran la pancarta y demás símbolos soberanistas del edificio. Antes de que esto ocurriera, dos trabajadores de la Generalitat descolgaron la pancarta. Poco después, los exdiputados Lluís Llach y Antonio Baños, la actriz Sílvia Bel y la filóloga Maria Teresa Casals subieron al balcón del Palau de la Generalitat y pusieron otra pancarta en favor de la libertad de expresión y de opinión, que ya lució en ese lugar durante las campañas electorales de los meses de abril y mayo.

Horas antes, Torra había presentado un escrito ante la Junta Electoral Central en el que aseguró que los lazos amarillos son un símbolo transversal “compatible con la neutralidad ideológica de la administración y que así lo puede entender la población”. “Limitar las referencias a presos políticos y exiliados comportaría una clara vulneración del derecho a la libertad de expresión”, sostuvo el president, a la vez que remarcó que podría obligar a la imposición de un “silencio artificioso” en una institución pública de naturaleza “intrínsecamente política”.

La retirada de la pancarta impone en la Generalitat un “silencio artificioso”, asegura el president

Si la retirada de la pancarta del edificio de la Generalitat ha sido consecuencia de una iniciativa de la entidad Impulso Ciudadano, ayer mismo Societat Civil Catalana presentó otra denuncia ante la Junta Electoral Central para instar al ayuntamiento de Barcelona a retirar el lazo amarillo que cuelga de la fachada consistorial. A este respecto, el presidente de la asociación, Fernando Sánchez Costa, manifestó que es imprescindible que se retire del ayuntamiento de la ciudad condal porque “es un símbolo de una parte que no representa a todo el mundo”. Igualmente, Sánchez Costa lamentó que, en este sentido, los comunes se hayan puesto “al lado” de los partidos independentistas.