Torra sostiene que es una decisión injusta derivada de un juicio político

El president de la Generalitat, Quim Torra, calificó ayer de “injusta” la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes independentistas y aseguró que deriva de un juicio “político” y de una “causa general” contra el soberanismo. Flanqueado por el vicepresident, Pere Aragonès, y el presidente del Parlament, Roger Torrent, y junto a los consellers del Govern y otras autoridades, Torra, en declaración institucional, urgió a reunirse con el jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, y con el rey para abordar la “crisis” abierta por el fallo del 1-O. En una carta que envió a ambos, sostuvo que debe ser la ciudadanía la que decida el futuro de Catalunya. “Démosle voz”, insistió, a la vez que señaló que los que tendrían que haber sido condenados por los tribunales son los policías que participaron en las cargas del 1-O. “Quien debería ser condenado es quien ordenó la agresión indiscriminada a ciudadanos de paz que no cometían ningún delito con una papeleta de votación en sus manos”, manifestó el president desde el Palau de la Generalitat.

Mientras, el vicepresident Aragonès denunció que “la democracia ha muerto en España” y, en un acto frente a la sede de ERC en Barcelona, advirtió de que “si nos han dicho que votar es un crimen, pues volveremos a cometerlo”. En paralelo, el portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián, afirmó que la sentencia es la “mayor agresión” contra Catalunya desde el fusilamiento del president Lluís Companys, tal día como hoy de 1940. Sin embargo, Rufián desató también la polémica en las redes sociales en un tuit en el que ligó la sentencia del procés con la “sentencia” que los catalanes “dictarán” en las generales del 10-N. Por otra parte, la portavoz en la Cámara baja de Junts per Catalunya, Laura Borràs, censuró que el Tribunal Supremo haya impuesto casi “100 años de prisión” a los dirigentes independentistas y subrayó que, a la vista de la sentencia, “la independencia es el camino”. Entretanto, el líder del PDeCAT, David Bonvehí, constató que, la condena a los independentistas, “demuestra que no vivimos en libertad”, mientras que Demòcrates destacó que el fallo quiere “criminalizar” al soberanismo.