Vacío de poder en Bolivia tras dimitir Morales, que se va a México

La Asamblea Legislativa de Bolivia tiene la difícil tarea de resolver la acefalia en que ha quedado sumido el país tras la renuncia del presidente, Evo Morales, debido a las protestas y sospechas de fraude en las elecciones del pasado 20 de octubre, y de quien a priori debía sucederle en el cargo, el vicepresidente, Álvaro García Linera, que también renunció a su cargo. Según la Constitución “en caso de impedimento o ausencia definitiva” del presidente, “será reemplazado” por el vicepresidente, y a falta de este, por el presidente del Senado, y sino por el de la Cámara de Diputados. Sin embargo, tanto la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, como el presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, forman parte de los numerosos dirigentes de Morales que presentaron su renuncia a la que se sumó ayer la del ministro de Educación, Roberto Aguilar. A raíz de estos hechos, la segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Añez, se declaró ayer “dispuesta” a asumir la presidencia del país de forma interina, con el “objetivo” de convocar elecciones. No obstante, subrayó que solo ocupará el puesto si cuenta con “el apoyo de aquellos que llevaron adelante este movimiento por la libertad y la democracia”. Por otro lado, la Asamblea Legislativa de Bolivia recibió ayer la carta de renuncia del presidente, Evo Morales, en la que indicaba que su decisión obedece a “evitar” la violencia y su deseo de que retorne la “paz social”. “Mi responsabilidad como presidente indígena y de todos los bolivianos es evitar que los golpistas sigan persiguiendo a mis hermanos y hermanas”, señalaba. Además, Morales denunció que existe una orden de arresto “ilegal” en su contra. En este sentido, aceptó el asilo ofrecido por las autoridades mexicanas, según dijo Marcelo Ebrard, ministro de Exteriores mexicano.

Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) pidió al Parlamento de Bolivia reunirse de forma “urgente” para “asegurar el funcionamiento institucional” y garantizar un nuevo proceso electoral. Mientras tanto la ola de protestas, enfrentamientos y saqueos continúa en las calles del país. Hasta la fecha los disturbios se han saldado con al menos tres muertos.

Uruguay y Rusia consideran que hubo un golpe de estado El Gobierno de Tabaré Vázquez en Uruguay denunció ayer lo que considera un “golpe de Estado” en Bolivia la dimisión de Evo Morales después de que la Policía y las Fuerzas Armadas lo sugirieran, al tiempo que ha urgido a restaurar “de inmediato” el Estado de Derecho en la nación andina. Por su parte, Rusia llamó a una “salida constitucional” en Bolivia tras la dimisión de Evo Morales, forzada por la violencia desatada por la oposición y que sigue “las pautas de un golpe de Estado orquestado”. Desde Mexigo, el Gobierno sostuvo ayer que los acontecimientos registrados en Bolivia constituyen un “golpe de Estado” porque el presidente de ese país presentó su renuncia después de que se lo pidiera el Ejército y “para evitar una guerra civil”. Por el contrario, el gobierno argentino aseguró que no hay “elementos” para describir lo ocurrido en Bolivia como un “golpe de Estado”.