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POLÍTICA NOMBRAMIENTO

Sanna Marin, sin techo de cristal

La dirigente socialdemócrata finlandesa se convierte en la primera ministra más joven del mundo, con 34 años || Licenciada en ciencias administrativas, marca distancias con otras mujeres en el poder como la canciller Angela Merkel o la líder de la Comisión Europea Ursula von der Leyen

La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, esta semana.

La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, esta semana.EUROPA PRESS

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Hombre, blanco y heterosexual. Este ha sido el perfil de los dirigentes de las sociedades occidentales a lo largo de los siglos. Desde Indíbil, pasando por César Augusto, Alarico, Pere el Cerimoniós, el general Prim o Manuel Azaña, los gobernantes que se han sucedido sobre lo que hoy en día es Lleida se han ajustado perfectamente a esta imagen. También en el resto del mundo, los grandes caudillos que nos han enseñado los libros de historia eran de sexo masculino. De Atila el Huno a Konrad Adenauer, Jean Monnet, Winston Churchill, Robert Schuman, Alcide de Gasperi, Paul-Henri Spaak, Walter Hallstein y Altiero Spinelli, padres fundadores de la Europa moderna.

Sin embargo, no hay mal que mil años dure, aunque este ya dura más, pero como nunca es tarde si la dicha es buena, los frutos que se plantaron en el siglo XVII con pioneras silenciadas como la francesa Marie de Gournay, de soltera Le Jars, germinaron en el paso del siglo XIX al XX con las sufragistas británicas, españolas, francesas, y han eclosionado en las últimas décadas con el auge del movimiento feminista. Es cierto, aún queda mucho camino por recorrer para lograr la igualdad. No obstante, pequeños grandes pasos comienzan a florecer para enmendar la célebre frase de Neil Armstrong, otro varón, que al pisar la Luna por primera vez olvidó a la mitad de la humanidad.

Con 28 años ya era presidenta del consistorio de Tampere y en junio la nombraron ministra

Sanna Marin, 34 años, madre soltera, criada por dos mujeres y licenciada en Ciencias Administrativas fue elegida esta semana como primera ministra de Finlandia. Un bofetón en toda regla a una sociedad en la que el hombre sigue llevando los pantalones. Y de vestimenta va la cosa porque para la fotografía oficial de su Gobierno eligió un vestuario con falda y escote de pico, un look bien alejado de la clásica imagen de traje y corbata, y bien diferente también de los atuendos a los que nos tienen acostumbrados otras mandatarias féminas, como la canciller alemana, Angela Merkel, o la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Pero no nos debería de extrañar. La nación finlandesa ya deslumbró al mundo en los albores del siglo XX al ser la primera en autorizar el sufragio universal, para hombres y para mujeres, en 1906. En marzo del año siguiente, burguesas, obreras, criadas votaron en igualdad junto a sus congéneres hombres. Y ahora, vuelven a la vanguardia porque ya no solo es que una mujer llegue al puesto de primera ministra, sino que además Sanna Marin se educó en un hogar no convencional para la norma, vive la maternidad en solitario y es la persona más joven del mundo, de uno y otro sexo, en desempeñar un cargo de este calibre. Pero ya con 28 años se hizo con la presidencia del ayuntamiento de la ciudad de Tampere, cargo que ostentó hasta 2017. Y desde 2014 ha sido vicepresidenta segunda de los socialdemócratas de Finlandia. En junio, la nombraron ministra de Transporte y Comunicaciones. Así, Sanna Martin, además de romper los estereotipos familiares, ha traspasado el techo de cristal. Un grano más de arena en la lucha por la igualdad. Y es que tota pedra fa paret, aunque una flor no fa estiu ni dues primavera. Por eso, hay que seguir trabajando.

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