ESNOTICIA
Sánchez, presidente por la mínima de un inédito Gobierno de coalición
Bronco pleno de investidura que sale adelante gracias a la abstención de ERC y Bildu
Pedro Sánchez fue finalmente investido ayer presidente del Gobierno tras obtener la confianza del Congreso en una segunda votación ajustadísima con dos escaños de diferencia (167 síes y 165 noes) y en la que ERC y Bildu allanaron el camino del líder socialista con su abstención. Todo ello en un bronco pleno que augura una lesgislatura crispada.
Finalmente no hubo sorpresas y Pedro Sánchez logró ser elegido presidente del gobierno español en segunda votación. Le dieron el ‘sí’ 167 diputados (PSOE, Unidas Podemos, PNV, Más País, Nueva Canarias, BNG y Teruel Existe), frente a los 165 en contra de PP, Vox, Ciudadanos, Junts per Catalunya, Navarra Suma, la CUP y el PRC. Las 18 abstenciones de ERC y EH Bildu resultaron imprescindibles para que Sánchez saliese del hemiciclo camino de La Moncloa ya como presidente proclamado y no en funciones, y con el que será el primer gobierno en coalición, junto a Unidas Podemos, de la actual democracia.
La bancada socialista y morada celebraron con aplausos, abrazos, gritos de ‘sí se puede’ y hasta lágrimas, las de Pablo Iglesias y de la socialista Adriana Lastra, la victoria en un pleno de investidura en el que sobrevoló la sombra del tamayazo. Las presiones fueron tales sobre los diputados que el PSOE presentará denuncias.
La intención del Ejecutivo de subir las pensiones y el salario de los funcionarios incrementará el déficit
Finalmente no hubo sorpresas y los votos se dieron según el guión escrito por cada formación. Todos menos Ana Oramas, que se mantuvo en el ‘no’ saltándose la disciplina de su partido, Coalición Canaria.
Tal como ocurrió el domingo, Sánchez inició el debate previo a la votación entre los abucheos desde los escaños de la derecha. Insistió en que el PSOE se ha impuesto en las últimas cinco elecciones: “Cinco elecciones con el mismo resultado no son una coincidencia. Se llama democracia y expresión de la voluntad popular”.
Sánchez acusó a los partidos “del no” de apostar por “seguir en el bloqueo” frente a la “única opción posible de gobierno” que es la coalición con Podemos. Y les advirtió de que tienen dos opciones, o “seguir en el berrinche o aceptar el resultado” electoral. “Les recomiendo que acepten lo segundo”, les dijo.
Su socio de coalición y futuro vicepresidente de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, mandaba un consejo a Sánchez, que frente a los “intolerantes” y los “provocadores”, los que quieren “llevar a España al pasado”, el presidente tenga “el mejor tono y la mayor firmeza democrática”. Además, frente a los ataques de PP y Vox, Iglesias acusó a los líderes de estos partidos, Pablo Casado y Santiago Abascal, de convertirse en “la mayor amenaza contra la monarquía en España”. El momento más emotivo lo protagonizó, muy a su pesar, la diputada de En Comú Podem Aina Vidal que, enferma de un cáncer agresivo, no faltó a la votación para apoyar la investidura de Sánchez.
Aprobar los Presupuestos, una de las primeras pruebas de fuego
Una vez superada la investidura de Pedro Sánchez como presidente de un Gobierno de coalición con Unidas Podemos, el Ejecutivo tiene que garantizarse los votos para los Presupuestos Generales de 2020, claves para que la Legislatura siga adelante.
Así, la primera tarea del nuevo Gobierno será dar cuenta del límite de gasto no financiero o techo de gasto para 2020, base para la elaboración de las cuentas públicas, y al que acompañarán los objetivos de déficit y deuda pública para los próximos años, que tendrán que ser votados en las Cortes.
La nueva senda de déficit acompañará a los Presupuestos del próximo año y fuentes de Hacienda señalaron que la enviada a Bruselas será previsiblemente modificada al alza para hacerla más flexible, ya que estaba vinculada a unos presupuestos prorrogados.
El Gobierno ve factible cerrar 2019 con un déficit público del 2% del PIB, aunque se hace más difícil cumplir con el 1,1% para 2020 y con el 0,4% para 2021 que marca Bruselas. De hecho dos de las medidas que pretende poner en marcha el nuevo Ejecutivo de forma inmediata –subir las pensiones el 0,9% y el 2% el salario de los funcionarios– tendrían un impacto de entre 4.800 y 6.000 millones de euros e incrementarían el déficit pactado.