“La condena por la muerte de Julen la llevaré toda la vida”

La muerte del pequeño Julen “es una condena que llevaré toda la vida”. Así se expresó el dueño de la finca de Totalán (Málaga) donde se encuentra el pozo donde murió el pequeño Julen, David Serrano, tras salir del juicio en el que fue condenado a un año de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave después de declararse culpable de los hechos y aceptar un acuerdo alcanzado por las acusaciones y la defensa para evitar celebrar todo el juicio. En su sentencia, el magistrado, tuvo en cuenta las circunstancias de atenuante de reparación del daño y de reconocimiento tardío de los hechos. Además de la pena de cárcel Serrano deberá de indemnizar a los padre del menor con 180.000 euro y a la Junta de Andalucía con otros 663.982, por las tareas de rescate que se llevaron a cabo para sacar al pequeño de la perforación. El ahora condenado, ya que la sentencia es firme después de que las partes expresaran su intención de no recurrirla, no deberá entrar en prisión siempre que cumpla con los requisitos de no volver a delinquir durante dos años, comparecer cada seis meses para informar de su situación laboral, avisar si se cambia de domicilio y abonar la responsabilidad civil impuesta.