POLÍTICA COMERCIO
Londres abandonará la negociación con la UE si no acepta sus exigencias
Reino Unido rechaza alinearse con la normativa comunitaria para lograr un futuro acuerdo comercial ||Amenaza con levantarse de la mesa en junio si no hay avances
El Reino Unido advirtió ayer de que está dispuesto a romper las negociaciones con Bruselas el próximo mes de junio si para entonces no hay un consenso sobre las “lineas generales” sobra las que debería pivotar el futuro acuerdo comercial. En un texto de treinta páginas publicado ayer por el Gobierno del primer ministro Boris Johnson, Londres precisa que, en el caso de no lograr ponerse de acuerdo, el país pasaría a regirse por la normativa de la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que implicaría más trabas comerciales.
Tras el abandono del bloque europeo el pasado 31 de enero Reino Unido y la Unión Europea iniciaron un periodo de negociación que concluirá el próximo 31 de diciembre, durante el cual el país, que ya aseguró que no prorrogará el plazo fijado, permanecerá dentro de las estructuras comunitarias.
El premier británico reiteró ayer a la UE que su Gobierno no aceptará someterse a la normativa comunitaria, como exige Bruselas, para tener acceso máximo al mercado único y señaló que el objetivo que se perseguía con el Brexit era precisamente el de “hacer las cosas de manera diferente y mejor”. El Ejecutivo británico ya expresó que lo que persigue es un acuerdo similar al que existe con países como Canadá, Japón o Corea, que no requieren una alineación estricta con la regulación europea. Así pues Londres buscará “libertad regulatoria” y pedirá un acuerdo aparte para el sector pesquero, para reflejar que el Reino Unido es “un Estado costero independiente”. El martes, el negociador comunitario, Michel Barnier, subrayó durante la presentación de su posición negociadora que lo más importante es asegurar una equivalencia de estándares o reglas para garantizar una competencia leal entre las dos partes. En este sentido los Veintisiete indicaron que su intención es que exista una asociación económica con el Reino Unido “ambiciosa, equilibrada y que cubra múltiples áreas”.
Con las intenciones de ambos sobre la mesa se prevé que la negociación sea tensa y dura, más cuando Johnson, que obtuvo mayoría absoluta en las elecciones del 12 de diciembre, tiene libertad para impulsar sus planes sin el freno del Parlamento.